Pregunta.- ¿Le puedo hacer una entrevista?
Respuesta.- Mira, ten cuidado que voy vestido de guardia
civil.
P.- ¿Es el cuarteto lo más carnavalesco de todas las
modalidades que hay en el carnaval?
R.- Es lo más difícil, y más para mí, que estoy viejo ya.
P.- Un repertorio muy largo, ¿no?
R.- Claro. Y, además yo, por mis enfermedades y eso, ya te
puedes imaginar.
P.- ¿De ahí le viene lo de cardíaco?
R.- En el año 1996, con ‘Los panchos’ me da el infarto. El
infarto me dio en lo alto del Siete Colinas, aguanté una
semana y después me fui a la UCI del tirón. Pero aguanté
todo el carnaval.
P.- Y antes de cardíaco, ¿qué mote tenía?
R.- Nada, Rafa solamente. Y bueno, desde entonces me viene
lo de cardíaco, estos cabr... (con cariño) me llaman así.
P.- ¿Y no le recuerda su mote a momentos malos?
R.- Qué va. Yo me paso la enfermedad por ‘to’. Son ya tres
infartos, tres anginas de pecho, tres válvulas puestas... He
entrado en el quirófano yo qué sé cuántas veces. Yo soy como
Frankenstein.
P.- ¿Alguna vez es usted serio?
R.- Nunca, yo soy chirigotero todo el año. Y cuando llega el
carnaval me multiplico un poco más. Además, a mí me conoce
media Ceuta y la otra media me dice ‘Hasta luego, cardíacao’.
Soy conocido, tanto por lo del carnaval como por lo del
fútbol.
P.- Para concentrarse, ¿qué bebe usted?
R.- Agua, como los patos.
P.- ¿Siempre?
R.- Casi siempre.
P.- ¿Qué papel hace dentro del cuarteto?
R.- De un guardia de una frontera de este mundo.
P.- Aprovechando su veteranía, ¿se atreve a decir lo
mejor y lo peor de esta fiesta?
R.- Yo siempre he dicho que a esta fiesta hay que
levantarla, desde los medios hasta los presidentes
vecinales, políticos y colegios. Esta fiesta es para que
todos le demos un empujón. En agrupaciones estamos bien,
pero en la calle no está muy desarrollada. Hay que dar más
premios, para que se tire hacia adelante.
P.- ¿Por qué sale usted tan tarde en el carnaval de
agrupaciones?
R.- Por el deporte y mi trabajo.
P.- La paella de este año...
R.- Para 1.500 personas.
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