El fiscal solicitó ayer en la Audiencia Provincial cuatro
años y 6 meses de prisión para un sujeto acusado de un
presunto delito contra la salud pública. Por su parte, la
defensa pidió la libre absolución del imputado alegando el
desconocimiento de este sobre la existencia de la droga que
portaban sus hijos y que fue interceptaba por agentes de la
Policía Nacional en la Estación Marítima, ya que los menores
la llevaban adosada al cuerpo. El juicio quedó visto para
sentencia.
El representante del Ministerio Fiscal en la ciudad solicitó
cuatro años y seis meses de prisión para un individuo
acusado de un presunto delito contra la salud pública, es
decir, tráfico de sustancias estupefacientes. Por su parte,
la defensa solicitó la libre absolución para el imputado
alegando el desconocimiento de este sobre la posesión de la
droga que fue interceptada a sus hijos.
Los hechos se produjeron el 27 de septiembre del pasado año,
entre las dos y las tres y media de la tarde, en la Estación
Marítima. Al parecer, el acusado iba a viajar a la península
con sus dos hijos, menores de edad para que se encontrasen
con su madre. Varios agentes de la Policía Nacional los
divisaron en las cercanías de la taquilla de Balearia, y
según explicaron durante la vista oral, “notamos que los
niños eran demasiado gruesos y a la altura del pecho se les
notaba un bulto por lo que les pedimos su identificación y
pasamos a cachearlos”. Durante la inspección, los agentes
descubrieron que los menores portaban ocho y once kilos de
hachís, respectivamente, adosados “en forma de chaleco
antibalas” en el cuerpo de estos.
En su pase por el banquillo de los acusados, el padre alegó
que desconocía que “mis hijos llevasen droga ya que no noté
nada extraño físicamente, ni en sus andares. También
desconocía que ya habían sido arrestados en otras ocasiones
porque me mienten”. Los menores también fueron llamados a
declarar y negaron en todo momento que su padre tuviese
constancia de la droga explicando que “antes de que nuestro
padre nos recogiese, quedamos con un marroquí en una
explanada de La Pantera y acordamos que nos pagaría 800
euros para los dos si pasábamos la droga hasta Algeciras y
allí se la daríamos. Él nos seguiría durante todo el viaje
para luego hacer el intercambio en la península”. Los niños
ya han sido juzgados por el magistrado de Menores que
decretó su traslado al centro de Punta Blanca para allí
cumplir con las medidas correctoras. En su informe final, el
fiscal solicitó una sentencia condenatoria para el acusado
alegando que este intentaba “burlar el control de los
agentes a través de los menores”. Por su parte, la defensa
alegó que “se trata de un núcleo familiar conflictivo con
una madre en Jerez, un padre que vive solo sin controlar a
sus hijos, y unos menores que viven con sus abuelos pero que
mienten sobre dónde duermen y con quién están”.
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