La Guardia Civil ha descubierto en la frontera entre Melilla
y Marruecos a un subsahariano oculto en el doble fondo
construido bajo el asiento de un vehículo conducido por un
marroquí, que fue detenido por tráfico de personas mientras
el inmigrante ha sido puesto a disposición de la justicia
como testigo e ingresado en el Centro de Estancia Temporal
de Inmigrantes, mientras se ejecutan su repatriación.
El servicio se llevó a cabo sobre las 08´00 horas del día
13, en la Aduana de Beni-Enzar, al proceder los guardias
civiles allí de servicio a la identificación rutinaria de un
vehículo marca Renault, modelo Transit, de color blanco y
matrícula marroquí, que en esos momentos pretendía acceder a
nuestra Ciudad procedente de Marruecos.
Según informó la citada fuente, el vehículo iba ocupado tan
solo por su conductor, al que se le invitó a que se apease
al objeto de realizar una primera inspección superficial de
su interior. Al proceder a la misma, los agentes actuantes
apreciaron cierta irregularidad en el suelo donde se ubica
el asiento del ocupante delantero, lo que motivó un examen
en profundidad que dio como resultado la localización de un
doble fondo practicado en ese lugar.
Para poder llegar al mismo, la Guardia Civil tuvo que
retirar primero el asiento del ocupante y a continuación
proceder a destornillar parte de una chapa metálica de
considerable grosor y tirar de la misma una vez se contó con
la suficiente apertura, al apreciar que en su interior se
encontraba una persona completamente aprisionada y sin
aparente apertura para que cogiese aire. Según detalló el
portavoz policial, en su interior se localizó a un
inmigrante de origen subsahariano que fue auxiliado a salir,
y que literalmente no se mantenía en pie, cojeaba
ostensiblemente de una de sus piernas y se aquejaba de
fuertes dolores en la misma, además de presentar síntomas de
desorientación, lo que motivó la práctica de primeros
auxilios y su traslado urgente al Servicio de Urgencias del
Hospital Comarcal, donde fue atendido y estabilizado con
diagnóstico de "dolor y movimientos funcionales de la cadera
limitados por la postura", aunque finalmente fue dado de
alta.
El habitáculo construido, añadió, contaba por uno de sus
lados con una pequeña apertura de forma cuadrada y de unos
pocos centímetros, que era por donde cogía aire para poder
respirar.
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