LA MAP no ha perdido el tiempo
haciendo sus deberes, porque la ocasión la pintan calva. El
pasado viernes la secretaria de política internacional del
PSOE, la diputada Elena Valenciano, mantenía en Rabat dos
entrevistas de alto calado con el secretario general del
ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación, Yussef
Amrani y el presidente del Consejo Real Consultivo para el
Sáhara (CORCAS), Khalienna Ould Errachid. Con Amrani,
después de dar un repaso a las “muy ricas relaciones
hispano-marroquíes” la diputada socialista reconoció “los
esfuerzos muy inteligentes del gobierno marroquí para llegar
a un acuerdo” sobre el Sáhara, destacando Valenciano la
“buena fe” de Marruecos al presentar un “proyecto concreto”
que zanje el espinoso problema del antiguo Sáhara
Occidental; en cuanto a su reunión con el presidente del
CORCAS, la influyente diputada socialista señaló
especialmente que el proyecto marroquí de Autonomía “debe
ser tenido en cuenta y abordado durante las conversaciones”,
por constituir una “hoja de ruta” (sic); “nuestra tarea
(explicó la responsable de relaciones internacionales del
PSOE) es ayudar a acercar las posiciones”. Palabras que
desde esta columna podemos compartir con matices y que,
hasta donde sé, podían perfectamente ser asumidas incluso
por el responsable de Exteriores del Partido Popular (PP),
el siempre bien informado Gustavo de Arístegui. Lo remarco
para que algunos se lo piensen antes de utilizar estas
líneas como ariete partidista contra el Gobierno Zapatero,
si bien -y aquí entraría esta ciudad- el apoyo socialista
más o menos velado a las tesis marroquíes, sería uno de los
efectos colaterales de la histórica visita de Don Juan
Carlos I y Doña Sofía a Ceuta. ¿O piensas ustedes que a la
diplomacia española le ha salido gratis…?. Ya verán, ya: doy
por hecho el apoyo del PSOE al “Proyecto de Autonomía” de
Rabat.
Las “Provincias del Sur”, el territorio del antiguo Sáhara
Occidental sujeto, ley internacional en mano supervisada por
la ONU, a un proceso de descolonización, es uno de los
puntos más sensibles (junto a la Monarquía) del régimen
marroquí, con él que éste clasifica rápidamente al
interlocutor como “amigo”, “enemigo” o “neutral”. Más aun:
diría que de su positiva resolución para Rabat dependería,
incluso, la continuidad en el poder de la Dinastía Alauí.
Marruecos no se anda con este tema por las ramas.
Precisamente, el no saber mantener la boca cerrada y largar
algunos exabruptos particularmente críticos sobre la Casa
Real marroquí por parte de Fernández Cucurull, el conocido
político “popular” de esta ciudad, parece que le habría
costado a su empresarial familia (los Cucurull) el cierre en
falso (con portazo incluido) de un jugoso y millonario
negocio con los vecinos de más allá de El Tarajal. Lo que
les digo.
Por lo demás la opinión “filo marroquí” sobre el futuro del
Sáhara de la diputada socialista Elena Valenciano, se suma a
singulares apoyos a las tesis de Rabat dentro del PSOE: el
mismo Rodríguez Zapatero en jugosas declaraciones al
semanario “Al Ayam” antes de ser recibido por Mohamed VI en
diciembre de 2001, “el error” (Manuel Chaves dixit) que
habría supuesto el “simbólico referéndum sobre la
independencia del Sáhara” en el patio del Parlamento
Andaluz, o las sugerentes palabras (otoño de 2007) del
alcalde de Las Palmas de Gran Canaria y presidente del PSOE
en las Islas, Jerónimo Saavedra, apoyando expresamente una
“Autonomía para el Sáhara”… porque “no me gustaría tener al
lado una república islamista”. Interesante análisis, ¿no les
parece?.
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