No es nuevo que el Gobierno piense
en elegir una de los sistemas de tratamiento de los residuos
sólidos urbanos basado en la valorización, esto es en la
reutilización material y energética de estos. Así esm ésta
es la primera de las opciones que mantiene el Ejecutivo, por
prescripción técnica, en lo que debe ser el futuro de esta
Planta que ha de instalarse a no tardar demasiado y en cuyo
proceso debe ajustarse el gobierno local supuestamente antes
de la llegada de la primavera.
Desde luego no es una denominación más amable para lo que
siempre se ha conocido como incineradora, sino una mezcla de
lo que tradicionalmente se ha entendido como tal y el
moderno concepto de revalorización material que podría
traducirse llanamente como reciclaje. Aún cuando todo se
encuentra inmerso en turbulento conflicto que ha heredado el
Gobierno Vivas de anteriores etapas municipales [1993] tras
la adjudicación de una planta incineradora a Abengoa que
finalmente no se llevó a cabo, hay que seguir avanzando.
Los actuales estudios apuestan no por una incineración, sino
por una via intermedia para el tratamiento de los residuos:
reciclar sin un coste añadido y destruir lo que no se pueda
para generar energía gracias a esos desechos.
A la espera de que la Consejería que dirige la portavoz del
Gobierno dé a conocer al detalle cuál es la opción por la
que se decanta el Ejecutivo, ésta parece como la más
verosímil y ambientalmente aceptable de las que se han
podido contemplar hasta la fecha.
En cualquier caso, aún queda algo de trabajo en función de
los datos que debe recabar la Ciudad y la comprobación del
sistema en otros puntos de la geografía del país. Pero sobre
todo, adaptar lo que se decida a las circunstancias de
Ceuta, a sus niveles de generación de residuos y todo ello
aderezado de una gestión integral de residuos acorde a los
niveles de calidad no sólo recomendados, sino exigidos por
la Unión Europea y, sobre todo al amparo de especificado en
el Plan Nacional de Residuos aprobado el pasado año.
|