Barcelona.- Entrando en el local de la Casa de Ceuta en
Barcelona, subiendo las escaleras de acceso a la primera
planta y traspasando una doble puerta de recuadros
rectangulares cubiertos de cristales reforzados se
encuentra, enfrente mismo de la entrada, el mostrador del
bar de la entidad. Apoyado en él, y tomado su consabido,
calentito y aromoso café con leche de todas las tardes,
encontramos al hombre portador del Anillo. Es un hombre
sencillo pero de fuerte personalidad, amable pero
chirigotero, amante de las chanzas simpáticas con sus
amigos, y de vez en cuando con sus conocidos. Suele ser
puntual éste hombre del Anillo, en su cita semanal con la
Casa y siempre acompañado por su media naranja ...
Pregunta.- Antes que nada deseamos, tanto a ti y a tu
esposa, y conmigo los lectores de nuestro rotativo “El
Pueblo de Ceuta”, nuestra más efusiva felicitación por
vuestra Bodas de Oro. ¿Cómo te sientes con ello?
Respuesta.- Me siento inmensamente feliz, resulta ser uno de
los días más inolvidables de mi vida
P: ¿Recuerdas el día de vuestra boda?
R: ¡Hombre!, claro que me acuerdo, fue un 4 de enero de mil
novecientos cincuenta y nueve.
P: ¿Cómo conociste a tu mujer?
R: Era costumbre que los jóvenes paseáramos por la ciudad,
concretamente por la barriada de San José, popularmente
conocida como Hadú. Pues en uno de esos paseos conocí a
Juanita, la que hoy es mi mujer y con la que llevo, como
comprenderás, cincuenta años unido.
P: ¿Cuántos hijos tenéis?
R: Sí, tenemos dos hijos.
P: ¿De qué punto concreto, de nuestra querida ciudad, eres?
R: Como podrás entender por lo que te dije antes con lo de
los paseos, soy de la barriada de Hadú.
P: ¿Qué hacías, por entonces, allá?
R: Aparte de las cosas de la infancia y de la juventud,
trabajaba desde muy joven en la Bodega Española, que
entonces estaba allá.
P: ¿Dónde desarrollaste tus primeras letras?
R: Comencé a estudiar en la escuela de la Mezquita, con el
maestro don Francisco Gutiérrez.
P: ¿Qué recuerdos más importantes de aquella época escolar
tienes?
R: Tengo un recuerdo imborrable: el tiempo que pasé
aprendiendo en la escuela donde adquirí las enseñanzas para
poder ingresar en el Parque de Artillería.
P: Todos sabemos que, cuando niños y jóvenes, teníamos
muchas horas de asueto… ¿en qué empleabas tu tiempo libre?
R: Pues, como el de todos los niños y jóvenes de la época en
la barriada, jugar al fútbol principalmente y lo hacíamos en
el parque de Hadú.
P: ¿Antes o después de dar el “tirón” estuviste trabajando?
R: Sí, antes de dar el tirón estuve de aprendiz en Comercial
Maza, una empresa que había entonces en Ceuta, reparando
máquinas de escribir.
P: ¿Cómo es eso de venirte a Barcelona?
R: Mientras estuve en el Parque de Artillería, unos
compañeros de mili catalanes me hablaron de su tierra y de
las oportunidades que los jóvenes tenían de encontrar
trabajo. Tanto hablaron que consiguieron convencerme y me
fui con ellos a Catalunya.
P: ¿Fue duro abandonar Ceuta?
R: Por supuesto, fue bastante duro abandonar la ciudad donde
viví, ten en cuenta que dejaba atrás a mi madre, mis
hermanos, mis amigos…
P: ¿Te queda familia en La Perla?
R: Claro, me quedan allá muchos sobrinos.
P: ¿Cómo entraste en la Casa?
R: Fui de los primeros en hacerme socio de la recién fundada
Casa de Ceuta, por don José Navarro que era el presidente,
en 1966 y hasta ahora sigo.
P: ¿Qué haces en la Casa?
R: Por ahora, como socio con bastante antigüedad, colaboro
en lo que puedo.
P: ¿Sientes que falta algo más?
R: Desde luego que sí, siento que la Casa necesita más apoyo
de las instituciones oficiales para continuar con sus
actividades y sobre todo para que el mantenimiento de la
misma no desfallezca.
P: Cuéntanos alguna anécdota de tus primeros tiempos en
Barcelona
R: Una de las anécdotas que mejor recuerdo es aquella en la
que recién llegado a Barcelona, entré en un bar para tomar
algo. Entonces observé a un cliente que se estaba saboreando
un yogurt con delectación. Pedí uno, por primera vez y al
catarlo me dio por protestar al camarero diciéndole que
estaba agrio y estropeado. Ignoraba que era así como lo
hacían.
P: ¿Cuál es tu mejor recuerdo de cuando vivías en Ceuta?
R: Mi mejor recuerdo, el más placentero y que me hizo
inmensamente feliz fue conocer a mi mujer Juanita.
P: ¿Y el peor?
R: Cuando me quedé huérfano a la temprana edad de nueve
años, cosa muy triste de veras.
P: La vida del “exiliado” suele tener varias alternativas…
¿Cómo te trató Catalunya?
R: Me trataron muy bien. Es la tierra donde he conseguido
labrarme éste porvenir del que disfruto ahora y donde me han
brindado las mejores oportunidades de mi vida.
P: ¿Tienes problemas con el catalán, tanto con la persona o
con el idioma?
R: Absolutamente ningún problema, en cuanto al idioma,
aunque no lo escribo, lo entiendo perfectamente cuando me
hablan en él, además en el círculo de mis amistados se usa
con frecuencia el bilingüismo y ello no es ningún problema.
P: Hablemos de Ceuta… ¿cómo consideras a nuestra ciudad?
R: Pues, que es muy distinta a la que abandoné, ahora está
muy modernizada y más bonita, sobre todo el centro.
P: ¿La has visitado con frecuencia?
R: Claro, cada año nos pegamos, mi mujer y yo junto con
otros matrimonios, un tirón de viaje para estar en mi ciudad
unos días.
P: ¿Tienes algo en concreto que decir de nuestra lejana
ciudad?
R: Bueno, que cada vez la recuerdo con más cariño y desde
hace mucho cuento los días que faltan para volver a ella,
pues cada vez me siento más caballa de lo que soy.
P: Si fuera el tiempo adecuado ¿regresarías para quedarte en
Ceuta?
R: Es un dilema, de verdad, porque ya estoy bastante
arraigado en Catalunya y además mis hijos y mis cuatro
nietos están aquí en Barcelona… ya quisiera.
P: ¿Te adaptas a los tiempos actuales?
R: ¡Claro!, soy un hombre que se considera moderno. No soy
nada “carca”
P: ¿Qué harías si tuvieras una segunda juventud?
R: Volvería a repetir lo que viví, repetir mis experiencias.
P: ¿Te arrepientes de algo?
R: No, sinceramente no me arrepiento de nada.
P: Dinos algo a los ceutíes, a los lectores y a nuestro
alcalde-presidente
R: Que sigan empeñados en que nuestra ciudad crezca y
aprovechemos ahora que está en muy buenas manos para
suprimir todo aquello que signifique un muro que nos impida
avanzar con el tiempo mejorando siempre la belleza de
nuestra querida Ceuta.
Aquí dejamos las preguntas y respuestas de un hombre que
suele ser educado en todos los conceptos y que muestra una
gran predisposición hacia sus amigos y sus conocidos.
Lo he denominado el hombre del Anillo porque tiene cierta
similitud con J. R. R. Tolkien, aunque sin melenas, y al ser
el portador del Anillo de Oro, uno de los personajes de
Tolkien, por sus cincuenta años de matrimonio es merecedor
de ésta denominación.
Llegar a ésta efemérides es todo un mérito digno de tiempos
más tranquilos y la verdad es que, a ojos de éste cronista,
los dos: Alfonso y Juanita o Juanita y Alfonso, forman una
de las parejas mejor conjuntadas y más unidas de la Casa de
Ceuta.
He lamentado mucho no haber podido asistir a la fiesta de
celebración de las Bodas de Oro de ésta pareja, un
compromiso familiar lo impidió, ya que tenía dispuesto un
poema escrito para la ocasión y confiaba en que uno o una de
los muchos vates de la Casa lo recitara.
Sin embargo, desde “El Pueblo de Ceuta” le repetimos nuestra
más sincera felicitación.
|