El Gobierno de la Ciudad Autónoma valora los estudios
técnicos que dispone sobre la mesa y se decidirá, en breves
fechas, [es posible que antes de la primavera] por un
definitivo sistema para instalar una Planta de Tratamiento
de Residuos Sólidos Urbanos basado en la reutilización
material y energética de los RSU. Esto es así cuando aún
colea, 15 años después la resolución judicial acerca de la
adjudicación a Resurce (Abengoa) de una planta de
incineración aprobada en 1993 con los votos a favor de PFC,
CEU y PSOE en Mesa de Cotratación y refrendada en Pleno el
12 de noviembre del 93.
No falta mucho para conocer dos noticias de calado para la
ciudad. La primera es la decisión del Gobierno de Ceuta
acerca de su elección definitiva hacia qué tipo de planta de
valorización para el tratamiento de los residuos sólidos
urbanos se va a decantar, una vez estimado los informes
técnicos a los que se unirán nuevas consultas próximas para
determinar la mejor de las opciones que garanticen la
utilización de modernas tecnologías y sistemas adaptados a
las normativas europeas y exenta de daño al Medio Ambiente.
La segunda es la decisión final de la justicia acerca del
larguísimo contencioso entre Abengoa y el Ayuntamiento de
Ceuta -ahora Ciudad Autónoma- después de que quedase
abortada la instalación de una planta incineradora que fue
concedida, en Mesa de Contratación y ratificado por el Pleno
municipal a esta empresa, bajo el nombre de Resurce SL, en
noviembre de 1993 con los votos a favor, entonces, del PFC
de Francisco Fráiz, CEU de Rafa Montero y el PSOE.
Abengoa ahora ha considerado que la indemnización asciende
15 años después a unos 30 millones de euros y, en cualquier
caso, la resolución del litigio será en los próximos meses.
El Gobierno de la Ciudad que ha heredado este ‘gran marrón’
poco ha podido suavizar la situación y, menos aún, el
Ministerio de Medio Ambiente que no ha podido rebajar las
tensiones con la empresa pese a que la propia ministra
Narbona ha intentado mediar en la resolución del conflicto
por las buenas.
El asunto está enconado, por eso el presidente de la Ciudad
Autónoma se ha propuesto zanjar la historia este mismo año
poniéndose como objetivo la consecución de un acuerdo en un
intento de carambola a tres bandas que aportaría el menor de
los quebrantos económicos a un asunto feo del que nada tiene
que agradecer ni a Fráiz, ni a Montero, ni al PSOE de
entonces.
Técnicamente la resolución del conflicto podría basarse en
la decisión de la construcción de una planta de tratamiento
de residuos sujeta a las normativas europeas y de elevada
carga tecnológica, subvencionada en gran parte por el
Ministerio de Medio Ambiente y ofrecérsela finalmente a
Abengoa para su construcción y gestión posterior.
Esta ‘carambola’ es posible y en este campo se trabaja pese
al elevado número de frentes con el que el Gobierno trata de
superar unos complicados momentos económicos que se
sustentan fundamentalmente en el Plan de Inversión previsto
en los Presupuestos Generales de la Ciudad y en las 34
medidas anticrisis que será aprobadas en pleno este próximo
jueves.
Planta de Valorización
El Plan Nacional Integrado de Residuos 2008/2015 aprobado
por el Ministerio de Medio Ambiente, advierte que para os
Residuos Biodegradables generados debe priorizarse la
valorización, que comprende todo procedimiento que permita
el aprovechamiento de los recursos contenidos en ellos.
Dentro de ella, puede identificarse el reciclaje,
consistente en la transformación de los residuos dentro de
un proceso de producción para su fin inicial o para otros
fines, incluido el compostaje y la biometanización. La
siguiente opción, de acuerdo con el principio de jerarquía,
es la valorización energética (incineración, gasificación,
pirólisis, etc.).
Entre los tratamientos de eliminación, alternativos al
depósito en vertedero, pueden identificarse dos: la
eliminación en instalaciones específicamente dedicadas a la
incineración (incluyendo la gasificación, pirólisis, etc) de
residuos, y el tratamiento previo al vertido (“tratamiento
mecánico-biológico”, tratamientos físico-químicos) en la
medida en que su objetivo sea la disminución de la capacidad
de biodegradación de los residuos.
Termólisis
Una de las opciones que se plantea Ceuta es la termólisis La
termólisis es un proceso similar a la pirólisis pero
sustancialmente diferente. Mientras la segunda quema el
residuo para obtener el producto final, la primera consiste
en la degradación-disociación térmica de materiales a
temperaturas bajas con una total ausencia de oxígeno de tal
forma que el contacto entre la fuente de calor y el producto
a termolizar es indirecto. Para entender la diferencia en el
lenguaje común, mientras la pirólisis quema, la termólisis
puede ser algo similar al calentamiento “al baño maría”.
Gasificación
La gasificación de residuos es una tecnología de proceso
diseñada para obtener un gas de síntesis, es decir, un
producto que puede ser empleado para producir combustibles,
productos químicos o energía. Puede definirse como un
proceso pirolítico optimizado por el que una sustancia
sólida o líquida con alto contenido en carbono es
transformada en una mezcla combustible gaseosa mediante
oxidación parcial con aplicación de calor.
La diferencia entre la incineración y estos procesos radica
en la presencia de oxígeno. En la incineración, el proceso
es de combustión completa en presencia de oxígeno, mientras
que en la gasificación y pirólisis, la reducción se realiza
en ausencia o a baja concentración de oxígeno. A pesar de
esta diferencia, la legislación Europea cataloga este tipo
de procesos como de incineración.
Simplificando el proceso físico, al someter un combustible
de naturaleza compleja a altas temperaturas, en ausencia o
con bajas concentraciones de oxígeno, se liberan aquellas
sustancias que, ya existiendo o formándose nuevas, son
volátiles a estas temperaturas.
Finalmente se obtiene un sólido rico en carbono en
equilibrio con una mezcla de gases formados por agua, CO2,
CO, CH4, C2H6, CH3OH, etc. el gas obtenido se puede emplear
para la producción de energía en procesos de combustión solo
o en combinación con gas natural, en calderas comerciales
para producir energía térmica, en motores de combustión
interna para producir energía eléctrica y térmica y, en
turbinas de gas en ciclos simples o combinados para producir
energía eléctrica.
Compostaje
Entre las apuestas por nuevas tecnologías se encuentra la
valorización de la basura orgánica para obtener energía y
compost (abono reciclado) con la materia sobrante a imagen y
semejanza de las nuevas plantas de gestión de RSU
implantadas principalmente en Cataluña, a donde técnicos de
la Ciudad se habrían desplazado para estudiar su
implantación en la ciudad autónoma de Ceuta, pero aún está
por decidirse porque el abono resultante habría que
trasladarlo dado que poco uso tendría en la ciudad al no
contar con sector agrícola.
La planta de compostaje sirve para la transformación de la
basura en abono. Para ello la fracción orgánica de los
residuos sólidos se somete a una fermentación microbiana
controlada para obtener un humus artificial o compost
utilizable como abono agrícola. su uso puede ser incluso
para lugares urbanos. En realidad, El proceso de compostaje
permite reciclar residuos orgánicos de origen municipal,
comercial, industrial o agrícola. Recupera materia orgánica
de los residuos, que puede ser retornada al suelo.
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