La Delegación del Gobierno se comprometió ayer a tomar las
medidas necesarias para poner fin a los incidentes y
agresiones contra policías españoles que se están
registrando en la frontera de Melilla, y muy especialmente
en el puesto de Beni-Enzar. Así se lo transmitió ayer el
delegado del Gobierno, Gregorio Escobar, que se reunió
durante más de una hora con los responsables de la Jefatura
Superior de Policía y con los representantes de los
distintos sindicatos policiales.
A esta reunión no acudió, sin embargo, el representante de
la Unión Federal de Policía (UFP), que es precisamente el
sindicato más crítico con la situación en la frontera. Según
Escobar, esta ausencia se debió a que la UFP tampoco acudió
a la reunión del pasado jueves entre los sindicatos y el
jefe superior de Policía, Juan Manuel Calleja, y el
encuentro de ayer era una “continuación” del que hubo el
jueves.
El delegado del Gobierno, en declaraciones a los
periodistas, aseguró que “la mejor manera de atajar” los
incidentes en la aduana de Beni-Enzar es mejorando la
infraestructura del puesto fronterizo, aumentando el
personal policial e incrementando la cooperación y el
diálogo con Marruecos. “Ése es el camino que vamos a
seguir”, avanzó Escobar, quien mostró su preocupación por
que no se vuelvan a registrar capítulos agresivos en la
frontera de nuestra ciudad.
Sobre el aumento de personal, Escobar consideró que el
objetivo ya está cumplido porque recientemente ya se reforzó
la dotación policial en el servicio de fronteras con 15
nuevos agentes. Además, el puesto de Beni-Enzar cuenta con
una patrulla permanente de la Unidad de Intervención
Policial (UIP), especializada en el control de masas y
aglomeraciones, y de una Brigada de Inmigración y Fronteras.
En total, el servicio de fronteras cuenta con 110 agentes,
de los que alrededor de 27 trabajan en un turno normal en el
puesto de Beni-Enzar.
Durante la reunión de ayer, sindicatos y Escobar analizaron
la posibilidad de crear la figura de un coordinador de la
Policía Nacional y la Guardia Civil, una cuestión que el
delegado del Gobierno admitió que es compleja de acometer
porque se trata de cuerpos distintos con estructuras de
mandos diferentes. No obstante, se revisarán los actuales
mecanismos de coordinación para intentar mejorarlos.
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