Quién lo iba a decir: toda la vida renegando de que los
españoles por ser bajitos no dábamos la talla en ciertos
deportes y resulta que una selección de fútbol compuesta por
cinco o seis jugadores de pocos centímetros fue capaz de
alcanzar la gloria europea.
Villa, Silva, Iniesta, Xavi, Cazorla... Todos ellos,
gracias a las muchas pruebas realizadas por el seleccionador
y a no pocos disgustos, se vieron favorecidos por el sistema
adoptado por éste y por el estilo de juego: posesión del
balón a todo trance para eludir la inferioridad manifiesta
en los contactos físicos. Una posesión de balón encaminada a
finalizar casi siempre la jugada. De no haber sido así,
hubieran jugado más o menos el clásico ‘rondo’ de los
entrenamientos, tan absurdo como ineficaz.
El triunfo de España fue clamoroso. Y el equipo español se
ha ganado el respeto del mundo futbolístico. Hoy, en
Sevilla, los españoles tendrán una dura prueba. Enfrente
estará Inglaterra; selección que lleva una eternidad
buscando ese estilo de juego adecuado a las posibilidades de
sus jugadores. Algo que pueden encontrar con Fabio
Capello. Un técnico que, sin duda, tratará de salvar el
medio campo español con juego directo. Y, desde luego,
seguro que veremos cómo las faltas laterales y los saques de
esquina serán un calvario para el portero español.
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