Decía Bion que la denominación correcta del ser humano no
era “homo sapiens” sino “homo astutus” y aquí está la clave
de la cuestión.
Nunca he pretendido dar lecciones de moral a nadie, al
contrario, siempre he estado dispuesto a recibirlas,
intentando hacer con mi vida, algo más llevadera la de los
demás. Pero he aquí que el Mundo recibe la noticia de un
legal y execrable asesinato por inanición, como algo
extraordinario, el mismo día en la que miles de personas han
muerto por guerras, hambre, deficiencias sanitarias,
asesinatos… Pero ¿ Porqué este asesinato es diferente? ¿En
qué se diferencia de los demás?
Lo primero es, porque se hace bajo una denigrante base legal
en un supuesto país civilizado (léase occidental), que
otorga la propiedad de la vida de un ser humano a otros.
Segundo, porque terceras personas consideran que ciertos
tipos de vida no merecen la pena. Tercero, porque un padre
decide el asesinato por inanición de su hija. Eso sí, bajo
sedación, de forma idéntica a la que el Dr. Menguele
torturaba hasta la muerte a muchos judíos en Auschwitz.
Muchos de los defensores de este tipo de asesinato hablan de
una muerte digna, como si la muerte pudiese ser digna. Lo
que hace digna a una persona es su vida, lo que haga con
ella y no la forma de morir. La historia de la humanidad
está llena de ejemplos. Confundir la muerte con la vida es
como confundir una comida en “El Buli” con los detritus que
esta produzca.
Por otro lado, estos apologistas de la muerte, de la
desesperación, juzgan que forma de vida es llevadera o no.
En el mismo caso están muchos tetrapléjicos y a ver si
tienen los arrestos suficientes de decirles a sus madres que
los asesinen por inanición. Estos defensores de lo oscuro,
creen que una vida con sufrimiento no es lo suficientemente
válida.
A mi me hubiese gustado ver a estos energúmenos con sus
negros discursos en los campos de concentración nazi, donde
sólo el instinto natural de supervivencia, pudo hacer el
milagro de mantener con vida a unos pocos.
Además, es fácil identificar a estos panegirista de la
impotencia por estulticia, con otro tipo de asesinato ahora
muy defendido, el aborto. Es curioso que este movimiento de
raquitismo intelectual , se autodenomine progre cuando en
verdad se parece más al primitivismo y la barbarie por la
falta de respeto hacia la vida del ser humano.
Siento una pena especial por un padre que ha ordenado el
asesinato de su hija, que presume de ser el único
responsable, que habrá tenido que enterrarla y que ahora
pide que le dejen en paz. Yo lo dejo en paz, pero me hubiese
gustado que él hubiese dejado en paz a su hija. Ya hubiese
querido yo ese atisbo de vida en muchos de mis seres
queridos que descansan para siempre.
Eulana, descansa en paz, ya tus familiares, el “homus
astutus” y el Estado no pueden hacerte más daño.
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