V an a repetir, quieren continuar con la comba de los
últimos años, primero tras primero. Aunque esta vez han
cambiado algo su fisonomía. Van a dejar el verde militar y
el oscuro ‘Callejón del lobo’ para darle al cian del cielo y
a los coleretes de la risa, así se harán llamar este año,
‘La risa del cielo’. Esta vez, van a luchar codo con codo
con la comparsa del Mixto, que quiere recuperar la
hegemonía. Pepe Baglietto, director de la comparsa, asegura
que lo van a poner difícil, porque al listón de años
anteriores le van a añadir pesos pesados de las cuerdas
vocales. Para empezar, Chaqueta, un contraalto que toma
mucha miel y que desprende un afinado color por su garganta.
Pando, en el punteao, y Pajares como tenor, son las otras
dos incorporaciones de un grupo que defiende a la modalidad
de la finura y la seriedad, la comparsa. Aun así, los
Baglietto no se han relajado y van a apostar por un tipo
“nuevo y más fresco”, cercano, con pasodobles que huyen de
la crisis y que se centran en la crítica y el halago.
“Siempre tocamos los temas localistas y vamos a dar en los
dos sentidos”, por lo tanto, la economía para los banqueros.
Como este año habrá mucha calle, con permiso de la corajuda
lluvia, su hermano, Juan Antonio, ha confeccionado más de
cinco pasodobles y otros tantos cuplés. Las dos letras que
presentarán sobre las tablas del Siete Colinas las tienen
encofradas en el baúl de las esencias y tanto en su
presentación oficial (este viernes en el Parador la Muralla)
como en la Mejilloná van a tirar por los aperitivos. El
duende y el ‘ánge’ lo reservan.
Se rumoreó con la posibilidad de que los Baglietto acudieran
al Teatro Falla en esta edición, a sabiendas de que el nivel
aumenta con la edad y se volvía añejo a la vez que joven
gracias a las voces altas que trepan en esta agrupación.
Tuvieron algún escarceo con Antonio Martín, pero varios
inconvenientes se cruzaron en su camino y anularon una
posibilidad que quizá contemplen el año próximo.
Pepe Baglietto comenta que a pesar de que en la calle lo
pasan divinamente, el concurso es lo primero y lo que te da
ese “gusanillo” malvado que incluso te atraganta las tripas
antes de empezar con el repertorio. Cinco meses de ensayo y
entrenamiento se ponen en escena durante 30 minutos, mucha
presión para mantener un primero que cada vez se cotiza más
alto. ‘El callejón del lobo’ y ‘Los quintos’ ya son historia
en el carnaval de Ceuta, ahora luchan por empuñar de nuevo
el cetro. Actuarán después del descanso y recomiendan mucha
atención a un escenario y un atrezzo que les ha costado
tiempo y dedicación.
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