El Partido de la Justicia y el
Desarrollo (PJD) parece haber sopesado su postura antes de
contestar, con vehemencia y aunando fuerzas, a la polémica e
inusual decisión del Gobierno de Abbas El Fassi dimitiendo
al emblemático alcalde, de “referencia islámica” (el ala
“islamista” del PJD tendría otros rostros), en la histórica
capital imperial ismailí, Aboubakr Belkora.
Curiosamente ésta vez el ministerio del Interior, presidido
por Chakib Benmoussa, ha decidido romper la tradición al
saltar a la palestra (¿por qué?), acusando abiertamente al
ya ex alcalde Belkora en palabras de un diligente inspector
general de administración territorial, Mohamed Fassi Fihri
(¿hermano quizás de sidi Taïeb, el ministro de Asuntos
Exteriores de Su Majestad?) de “complicidad en
irregularidades de gestión” y en “no respetar las normas
urbanísticas”: cargo ambiguo el primero… y sorprendente el
segundo. Ya adelanté el otro día que, en la práctica y
frente a otras ciudades (Mekinés supera los 700.000
habitantes), Belkora ha logrado casi erradicar las
“bidonvilles” (chabolismo), una de las directrices
prioritarias por cierto de Mohamed VI. En cuanto a la
acusación concreta, que conozco de primera mano, de adecuar
bajos destinados a locales comerciales o garajes como
viviendas, esa es una práctica usual y normalizada en
absolutamente todas las villas y ciudades de Marruecos. Si
en eso consiste la acusación, sidi Fasi Fihri, ¿va su
ministerio a procesar a todos los alcaldes del país…?. Por
su parte el presidente del grupo del PJD en el Parlamento,
Mustafá Ramid (ese sí representante del ala islamista del
partido), ha apuntado al anterior “wali” (gobernador y
representante del ministerio del Interior), Ourrid, con
excelentes relaciones en Palacio y cambiado recientemente de
puesto (¿mera casusalidad?) para ser nombrado hace unas dos
semanas historiador oficial del Reino, como máximo
responsable en materia de urbanismo en la comarca bajo su
jurisdicción. ¿Habrá tenido algo que ver, en la forzada
dimisión de Belkora, su notoria mala relación con el
influyente wali Ourrid…?. No lo echaría en saco roto.
Estoy recibiendo noticias de que algunas “wilayas”, como la
de Tetuán, acaban de recibir nuevos dosieres que implicarían
a conocidos alcaldes de algunas villas. En verdad, la única
posibilidad que tiene el Gobierno El Fassi de enmascarar el
cuestionado cese del regidor de Mekinés es poniendo en
marcha el ventilador, arrumbando con la imagen de ciertos
alcaldes conocidos, desde hace años, por su notoria
corrupción. Doy por seguro inminentes novedades que diluyan
la caza de brujas emprendida desde el Gobierno contra los
islamistas parlamentarios del PJD, al fin y al cabo los más
votados en las últimas elecciones nacionales, si bien de
forma geográficamente asimétrica pero ligeramente por encima
de los candidatos oficialistas del partido del Istiqlal
actualmente al frente del Gobierno, en coalición con otras
formaciones políticas. Ese sería para mí y con los datos de
que dispongo el quid de la cuestión: debilitar, como fuera,
la imagen del PJD cara a las elecciones municipales
previstas para el próximo 12 de junio. “Esta es una guerra
sucia, para algunos todo vale y desde el Gobierno no se
están respetando las reglas del juego, buscan arrinconar al
Islam moderado y eso es como tú bien sabes peligroso, pues
dejaría las calles de Marruecos al islamismo radical”, me
confesaba el otro día con perspicacia y cierta impotencia el
hoy ex alcalde Belkora.
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