Obama, el primer presidente negro
de los EE, UU, me empieza a preocupar tanto como el aumento
del paro en España. Claro que ustedes pensarán, con toda la
razón del mundo, que lo que más de debería preocupar es el
paro que, cada día, aumenta, en nuestro país. Y no les quepa
la menor duda que es lo que más me preocupa porque, al fin
de cuenta, soy español, y allá los americanos de América con
sus problemas, que bastante tenemos nosotros con los
nuestros.
Pero me preocupa Obama porque según nos han contado es el
salvador del mundo mundial, y ya me dirán qué es lo qué nos
puede pasar si el presidente americano no es capaz de poner
sus proyecto en marcha. Igual, si eso sucede, lo vamos a
pasar más canutas de lo que lo estamos pasando. Es un decir.
Resulta que a las dos semanas de su investidura, Obama, suma
ya tres bajas en su Gobierno. El aspirante a secretario de
Sanidad, arrojó la toalla ante las presiones por los 100.000
euros de impuestos atrasados que acumuló en los últimos tres
años. De seguir ese camino de dimisiones, el presidente
americano, va a tener problemas para formar gobierno.
Y, naturalmente, si tenemos todas las esperanzas depositadas
en él, cuanto más tiempo tarde en formar Gobierno, peor nos
lo está poniendo.
Por cierto que ante la situación de crisis que también
afecta a los EE. UU, Obama, lanzó una amenaza velada a los
grandes bancos americanos, dejando caer la posibilidad que
el banco Nacional pudiese dar los créditos necesarios. Dicen
que el que avisa no es traidor. Pues avisados están.
En España, nuestro presidente se ha reunido con los
principales bancos de los que, al parecer, sólo ha obtenido
buenas palabras, pero poca implicación. El ministro de
Hacienda, Solbes, ha manifestado que “En una recesión como
ésta no se puede pedir a los bancos que aumenten los
créditos”. Mientras el ministro de Industria, Sebastián,
declaraba en TV “Los bancos son los principales culpables de
la crisis”. “Al Gobierno se le está acabando la paciencia”.
Aquí, en estos momentos, entre dimes y diretes, seguro que
la sabia de mí abuela diría: “unos por otros y la casa sin
barrer”.
La pregunta del millón sería: Quién lleva razón en sus
declaraciones, Solbes o Sebastián. El primero defiende a los
bancos, mientas el segundo les acusa de ser los culpables de
la crisis que padecemos y les las lanza lo de: “Al Gobierno
se, le está acabando la paciencia”. Habrá escuchado, el
ministro de Industria, lo dicho por Obama, a los grandes
bancos de los EE. UU sobre la probable intervención de la
Banca Nacional.
Cómo se puede interpretar la frase dicha por Sebastián de:
“Al Gobierno se le está acabando la paciencia”. ¿Puede ser
una amenaza velada o sólo un aviso a los navegantes?. Sea lo
que sea la frase queda ahí y que cada uno la interprete como
mejor le parezca.
Con todo esto me viene a la memoria la frase dicha por
Churchill, a quien los ingleses nunca reconocieron todos sus
valores.
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