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cultura - MARTES, 10 DE FEBRERO DE 2009


exposicion de los cuadros de tebeos. R.d.

muestra
 

“Me arrepiento de no
conservar todos los tebeos
que tenía cuando era niño”

La Facultad de Humanidades inaugura una
nostálgica exposición sobre los
comics españoles de los años 60 y 70, organizada por el profesor Santiago Real
 

CEUTA
Rober Gómez

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Santiago Real, profesor de la Facultad de Educación y Humanidades de Ceuta, es el ‘álma mater’ de una exposición inaugurada ayer y con un marcado carácter nostálgico. “Hoy, sólo me arrepiento de una cosa: no haber conservado todos los tebeos que tenía cuando era niño, para que mi hijo pudiera disfrutarlos cuando sepa leer”, afirma Real, quien ha recopilado en la muestra las viñetas de Carpanta, Zipi y Zape, Petra la criada, las solteronas Gilda o Rompetechos, entre otros muchos.

La Facultad de Educación y Humanidades de Ceuta inauguró ayer una exposición sobre tebeos bajo el título de Lo que os perdísteis, chavales, en la que Santiago Real ha rescatado del olvido a héroes infantiles como el Guerrero del Antifaz, Roberto Alcázar y Pedrín o el Capitán Trueno.

La muestra, que será visitable hasta el día 31 de marzo, está compuesta de 32 cuadros con viñetas cañís sacadas de “aquellas revistas que cada semana o 15 días llegaban a los kioscos, como Pulgarcito, Din-Dan, Tiovivo, DDT o Mortadelo”, señala el organizador de la exposición.

“En mi infancia, allá por los años 60, los niños no teníamos videojuegos ni ordenadores”, recuerda Real, “no había dvd’s ni tan siquiera vídeos, pero teníamos algo maravilloso, algo que ya no existe ni volvera a existir: los tebeos”, añade.

Según explica el profesor de la Facultad de Educación y Humanidades, en aquellas historietas gráficas “aparecían unos personajes tan humanos como graciosos”.

“Te hacían reír y te hacían soñar”, asegura Real, y que además tenía su faceta sociológica, ya que “hablaban de cosas de la vida cotidiana, por lo que era muy fácil engancharse a esos personajes que nos retrataban como el esperpento de Valle-Inclán”.

Así, la exposición recuerda el hambre de Carpanta, las travesuras de Zipi y Zape, las ocurrencias de Petra la criada para todo, la mala leche de las solteras Gilda, la miopía de Rompetechos o la caradura del Tío Vázquez.

“En mi caso, además, los tebeos sirvieron de iniciación a la lectura”, señala, ya que comenzó con Mortadelo y Filemón “para continuar con Enid Blyton, luego periódicos, revistas y, finalmente, novelas de mayores”.

Real destaca también que los personajes de los tebeos fueron, “lejos de la estilizada musculatura y superpoderes de la Marvel o DC Comics, héroes patrios, que hacían frente al mal con arrojo y valor, pero sobre todo con verosimilitud”.
 

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