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sociedad - LUNES, 9 DE FEBRERO DE 2009


juan hernandez. rober.

JUAN HERNÁNDEZ, DIRECTOR DEL CENTRO DE LOS ROSALES
 

«Todos aquellos internos de tercer grado que no sean de Ceuta, nunca van a permanecer en esta ciudad»

El director del Centro Penitenciario
de Los Rosales entiende que se está
creando una “pequeña” alarma social
falsa en torno a la nueva prisión
 

CEUTA
Rober Gómez

ceuta
@elpueblodeceuta.com

El director del Centro Penitenciario de Los Rosales, Juan Hernández, se muestra ciertamente sorprendido sobre el debate que se está generando en los medios de comunicacion y en la calle sobre la construcción de la nueva prisión, que albergará a alrededor de mil internos en casi 650 celdas. Para Hernández, “son cuatro opiniones que considero no muy significativas” y afirma que la construcción del centro supondrá “todo beneficios”: para los internos y los funcionarios por razones obvias y para la ciudad, calculando que a la semana el millar de presos podrá dejar 65.000 euros tan sólo en compras básicas de economato. Asimismo, niega la posibilidad de que la delincuencia crezca en las calles, porque, destaca, en Los Rosales el año pasado sólo hubo dos regresiones y ninguna por delinquir.

Pregunta.- El tamaño de la nueva cárcel está dando mucho de qué hablar, llegándose a decir que Ceuta se puede convertir en una especie de ciudad presidio.


Respuesta.- Vamos a aclarar todo lo que se está diciendo. En lo que se refiere a los internos de tercer grado, el centro penitenciario nuevo va a albergar presos que tienen arraigo en Ceuta, es decir, que tienen familia y son de Ceuta. Aquellos que clasifiquemos de tercer grado por su buena conducta o su buen pronóstico y no sean de Ceuta, nosotros propondremos el traslado al centro que corresponda, es decir, donde estén sus familiares y puedan tener arraigo familiar. Por tanto, en principio todos aquellos internos que tengan el tercer grado y no sean de Ceuta no van a permanecer nunca en esta ciudad.

P.- ¿Se puede cuantificar el número de internos de tercer grado que tendría la nueva prisión?

R.- No se puede cuantificar, estamos hablando de personas. El tratamiento que conlleva que un interno obtenga el tercer grado es un tratamiento individualizado. Habrá personas que dependiendo de su conducta tendrán acceso a un grado determinado. De aquí a 2 ó 3 años, cuando se abra la prisión, no podemos saber qué número de personas van a reunir los requisitos. No podemos decir que va a haber 300, porque no es cierto. Puede que sean 400 ó 150 ó 70. Eso de cuantificar las personas que van a estar en tercer grado es una falacia, porque no lo sabemos.

P.- Teniendo en cuenta la población de Los Rosales, ¿no se podría hacer una regla de tres y obtener un número aproximado?

R.- Con una regla de tres simple se podría decir que si de 300 internos tenemos ahora 75 de tercer grado, con mil serían x; pero es que la cifra podría ser muy diferente.

P.- Con los datos de que disponen de los internos de tercer grado, ¿qué riesgo hay de que delincan?

R.- Como cualquier otra persona. Los 80.000 habitantes de Ceuta somos susceptibles de delinquir. Estas son personas que cuando salgan en libertad van a vivir igual que cualquiera. Nosotros entendemos que tras el tratamiento individualizado los internos que salen a la calle son mejores personas que antes. Eso no quita que alguien caiga en el delito, pero como cualquier otra persona. No hay una incidencia mayor en la comisión de delitos. De hecho, en Los Rosales no tenemos fracasos. El año pasado, por ejemplo, de 75 presos que hubo en tercer grado, sólo hubo dos regresiones, lo que significa un éxito muy notable; más aún cuando ninguna de esas dos regresiones fue por la comisión de un nuevo delito, sino por factores de confianza. Entendimos que habían perdido la confianza que les habíamos depositado y que debíamos devolverles al segundo grado. Entiendo que este dato es relevante. El tercer grado sirvió a estas personas para afianzarse en el trabajo, en el estudio, en la familia y ser hoy unas personas honradas que viven en libertad.

P.- Se está hablando también mucho de los plazos para la construcción del nuevo centro. ¿Cómo van los trámites?

R.- Otra cosa en la que no quiero entrar: en la guerra de fechas. Entiendo que eso no beneficia a nadie. Hay una cosa clara y es que el centro penitenciario nuevo está en curso en un plan: en el Plan de Amortización y Creación de Centros Penitenciarios, que se revisó en el año 2005 y que tiene una vigencia hasta 2012. En ese periodo estamos. Se entiende que en el año 2012 se debería haber iniciado y estar bastante avanzado, incluso. Hasta entonces, los técnicos son los que decidirán los plazos. Quedan todavía tres años para 2012 y esperemos que en esa fecha el centro esté, sino acabado, sí muy avanzado. Una cosa es cierta. Se va a hacer y vamos a ganar todos: los funcionarios porque van a tener más dignidad en el trabajo y los internos porque van a tener mejores celdas, instalaciones, escuelas, talleres... Vamos a tener un centro moderno para que los presos cumplan sus penas conforme a la jurisdicción.

P.- Además de los beneficios para los trabajadores y los internos, ¿cómo afectará a la ciudadanía la existencia de un centro penitenciario de unos mil presos?

R.- Yo creo que son todo beneficios. No me gusta hablar de cuestiones económicas en estos casos, pero la verdad es que hay que decirlo. Hay que pensar que mil personas estarán comiendo, cenando, desayunando y gastando una media semanal de 65 euros en café, tabaco y otras cuestiones menores de economato. Multiplica 65 por 1.000 presos, aproximadamente, y serán 65.000 euros que se gastarán a la semana. Si lo multiplicamos por 4 y luego por 12, sale un numerito considerable. Ese dinero se va a mover en Ceuta. Y sólo estamos hablando de los gastos menores, pero los internos tendrán también compras mayores, como ropa. Las familias, además, vendrán a verles y gastando igualmente en la ciudad. Yo entiendo que son todo ventajas. No sé por qué se ha creado esta pequeña alarma. Son cuatro opiniones que yo entiendo que no son significativas. Creo que la población de Ceuta en general piensa que será beneficioso. Hasta ahora las críticas no tienen base.

P.- Estamos hablando de una población reclusa de mil presos. ¿Será esta la cifra?

R.- Es un número aproximado, pero lo único objetivo que tenemos es que van a ser 648 celdas. Los centros tipo que se están abriendo en la península, como Puerto o Morón, tienen 1.008 celdas. Igual que el de Huelva, también. Esas 1.008 celdas están albergando ahora mismo, que tenemos una superpoblación de presos en España, entre 1.600 y 1.800 internos. Si hacemos una regla de tres, obtendríamos aquí unos 1.000 internos, pero no tiene porqué ser necesariamente así. El de Ceuta será un centro penitenciario mediano, como el de Villena. Albergaremos a los presos de Ceuta y a aquellos internos preventivos que caen en la frontera, la cual nos da ahora mismo entre cinco y seis ingresos diarios. Pasan su juicio e inmediatamente son trasladados a la península. Igual pasaría cuando esté el centro penitenciario nuevo; no tiene porqué venir nadie de fuera. Eso es otra de las cosas que quiero rebatir: cuando se haga el centro nuevo no habrá conducciones masivas de la península a aquí. Casi siempre serían conducciones de Ceuta a la península. No hay que olvidar además a los presos que son de Ceuta y están separados de sus familias porque aquí no hay capacidad. Esos tienen derecho a venir y vendrán de forma escalonada. ¡Cómo va a venir alguien de Murcia o Salamanca! A esos se les internará en el centro penitenciario más cercano a su ciudad. En Ceuta tendríamos a los internos que son de aquí y los detenidos por el tráfico de hachís entre Marruecos y España.

P.- Lo que se desprende de todo esto es que hay un problema de masificación en las cárceles de España, porque se supone que cada celda debería albergar a un solo preso.

R.- Eso es un ideal. A mí no me gusta emplear el término masificación, prefiero el de superpoblación. En cualquier caso, es cierto que en España tenemos un número importante de internos y que las prisiones que hay en el país son las que hay. Tenemos dos soluciones: uno, no admitir a nadie, y eso no es legal; o dos, paliarlo con nuevos centro penitenciarios. Por un lado decimos que no caben los presos en las prisiones y, por otro, ponemos problemas a la construcción de nuevos centros. Las dos cosas no pueden ser. Hemos optado por hacer centros nuevos y, lógicamente, esa superpoblación que hay ahora se rebajará. Es cierto que el ideal dice que debería haber un preso por celda si las necesidades lo permiten. De acuerdo en que hacia eso tenemos que tender en un país moderno como este... pero cuando podamos. Ahora mismo, la mayoría de celdas tienen a dos personas. Pero también te voy a decir una cosa: el día que podamos albergar a un interno por celda, nos encontraremos que la mayoría nos va a pedir compañía, que no quieren estar solos, sino acompañados.

P.- Respecto a la prisión de Los Rosales, existen un buen número de críticas, y fuertes, de Comisiones Obreras sobre el estado de las instalaciones.

R.- Quiero ser cauto, pero entiendo que Comisiones Obreras hasta ahora no tenía representación en este centro. En la actualidad tiene a una persona que antes era del CSI-CSIF. Yo no tengo nada que objetar, las personas son libres. Entiendo que es el discurso de una persona que llega a un nuevo cargo y quiere hacerse notar. Entiendo que es campaña.

P.- ¿Y la negativa a que entrase un técnico de prevención de CCOO?

R.- Nosotros tenemos un Comité en el que están representados todos los sindicatos, incluido Comisiones Obreras. En ese ámbito se debaten todas las cuestiones que afectan a la seguridad y a la salud de los funcionarios e intentamos mejorar. Ese es el foro adecuado. De hecho, no tienen un derecho formal a asistir, porque no son delegados de Prevención y Riesgos Laborales, pero yo, como presidente de ese Comité, les he invitado siempre para que también participen. En breve vamos a tener otra reunión del Comité y vamos a invitar a todos los sindicatos con representación.

P.- ¿Hay ratas y cucarachas en la prisión?

R.- Ratas hay en toda la barriada y el centro está en la barriada. Hay una multitud de obras alrededor de la prisión, lo que provoca corrimientos de tierra. La gente en sus viviendas también han padecido este problema, pero eso fue hace tiempo. En la actualidad ya no tenemos ese problema. Tenemos contratada una empresa que viene como mínimo cada dos meses a desratizar y desinsectar todo el centro. Lo cierto es que últimamente está viniendo mensualmente e incluso dos veces por mes. Ahora mismo, los servicios médicos están atentos a que no haya ratas, y cuando ocurre se avisa a la empresa. Ponemos los medios para que no haya este problema. No es que la cárcel tenga ratas, sino la barriada.
 


La capacidad operativa de Los Rosales está cifrada
en 239 presos, habiendo en la actualidad 220

La capacidad operativa de la prisión de Los Rosales está cifrada en 239 internos –según la última valoración realizada por el Centro Directivo–, habiendo en la actualidad unos 220, ya que de los 290 internos hay que descontar a los que están en la calle por tercer grado o realizando trabajaos. Este índice de sobreocupación se considera como muy tolerable y asumible en comparación con las cifras que se manejan en las cárceles del resto del Estado. Los internos sometidos al régimen abierto –tercer grado y dependientes del programa de medios telemáticos– suman 75, lo que supone cerca de un 30 por ciento de la población reclusa, cifras que denotan una alta normalización social e integración y que sitúan a Los Rosales en el grupo de centros del Estado con mayor porcentaje de internos en régimen abierto. En la actualidad prestan sus servicios en Los Rosales 147 funcionarios –2 en prácticas– y 12 de personal laboral. Así, con un índice de ocupación del 115 por ciento resulta una ratio de un funcionario por cada 1,88 internos, cuando la media nacional oscila entre un trabajadores por cada 2,5 presos. En cambio, Los Rosales no está tan bien dotada en cuanto al número de servicios diarios a cubrir en el interior del establecimiento o el número asignado por la Relación de Puestos de Trabajo (RPT) en las oficinas. Así, son siete las plazas de la RPT que están sin cubrir por causas diversas: dos jefes de Servicio, dos plazas en la Oficina Genérica, un jefe de Centro, un encargado de Departamento y un jurista. Por otro lado, el absentismo laboral por causas médicas padecido en Los Rosales es del 12 por ciento, cifra que se considera alta.
 


Un incidente regimental con los reclusos cada siete días

La lista de incidentes regimentales en el Centro Penitenciario de Los Rosales está considerada como muy baja, pese a que se produce un incidente cada siete días. En cuanto a los expedientes sancionadores, se instruyen 198 al año, uno cada dos días, por lo que la prisión está considerada, en comparación con el resto del Estado, como tranquila y pacífica, en parte porque a lo largo del pasado año no se contó en las instalaciones con internos pertenecientes a bandas armadas o delincuencia organizada. Por otro lado, se encuentran trabajando en Los Rosales, dentro de una relación de servicios productivos, un total de 37 reclusos organizados en cuatro talleres: 16 en de actividades auxiliares como la lavandería, el comedor o la limpieza; 7 en el taller de mantenimiento, 6 en el de economato y 8 en el taller de alimentación y cocina. Todos ellos desempeñan un trabajo productivo por el que reciben un salario medio de 235 euros al mes, siendo el Organismo Autónomo de Trabajo Penitenciario y Formación para el Empleo el que da trabajo a los internos. Asimismo, de los internos de tercer grado y seguidos telemáticamente, 52 están dentro del Plan de Empleo de la Delegación del Gobierno en Ceuta. Esto hace que el Estado sea el más importante empleador de los internos en régimen abierto.
 


Setenta y nueve internos realizan alguna actividad académica

En materia educativa, en el Centro Penitenciario de Los Rosales existen 79 internos que se encuentran realizando alguna actividad académica y que siguen con regularidad sus clases presenciales, atendidos por cinco profesores dependientes del Ministerio de Educación del Gobierno de España y tres profesores de apoyo facilitados por la UPD –uno de inglés, un técnico de Integración Social y uno de Enseñanza Primaria–. Por otra parte, seis reclusos siguen sus enseñanzas en el Programa de Cualificación Profesional Inicial (PCPI) de Cocina; y hay tres más cursando estudios en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) –Trabajo Social y Acceso a mayores de 25 años–. Los Rosales destaca porque un 37 por ciento de la capacidad operativa del centro penitenciario está ocupado en materia de educación. En cuanto a la formación, existen cuatro cursos formativos que el Organismo Autónomo de Trabajo Penitenciario y Formación para el Empleo ha asignado a la prisión ceutí y que ha ocupado a un total de 85 internos durante la mayor parte del año pasado: 25 en el Curso de Informática, 15 en el de Albañilería, 15 en el de pintura, 15 en el de peluquería y 15 en el de electricidad.
 

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