PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - DOMINGO, 8 DE FEBRERO DE 2009

 
ANÁLISIS

Miscelánea semanal

Por Manuel de la Torre


LUNES. 2


La última vez que escribí del Instituto Ceutí de Deportes fue para airear que en ese organismo a los directores les suelen poner todas las trabas posibles en la tarea que les corresponde. Y cuando tratan de zafarse de todas las interferencias que reciben, se les tacha de intolerantes y, seguidamente, se les hace el boicot. Esa última vez de la que hablo no tuve ningún inconveniente en dar los nombres de todos los directores que habían pasado por ese trance. Y uno de ellos no tuvo el menor empacho en decirme que estaba de acuerdo con lo que había escrito. También me referí, con pelos y señales, a quienes gustan de hacerle la cama a los cargos políticos y hasta creo recordar que manifesté, incluso, que solían escribir en cierto foro mediante seudónimos. Pues bien, hoy me han vuelto a informar que a Cristina Bernal, actual directora, le siguen haciendo luz de gas. A ver si se desespera y deja el camino expedito. Con el único propósito de que un tal Julio Ortega, que lleva ya la tira de años haciendo una labor de zapa en el ICD, antes IMD, pueda ocupar el puesto de director. ¿Lo conseguirá?... Cosas peores se han visto en ese organismo autónomo.

MARTES. 3


A la hora del aperitivo coincido con dos conocidos en sitio adecuado para tomarlo y, de paso, aprovechamos la ocasión para intercambiar impresiones sobre la situación de algunos políticos. Sale a relucir el nombre del consejero de Hacienda, Francisco Márquez, y me dicen que está viviendo un momento esplendoroso. Que es el brazo derecho del presidente de la Ciudad. Y me ponen al tanto de su forma de ser, de sus aspiraciones, y de cómo y por qué ha hecho de la política un medio de vida a largo plazo. Y me cuentan, además, que Márquez no puede ver a Juan Luis Aróstegui ni en pintura. Que lo tiene atragantado. Y que va a resultar muy difícil, por no decir imposible, que el sindicalista sea capaz de evitar la aversión que por él siente el consejero que tan bien luce cualquier trapillo que se pone. Luego, casi sin darle importancia, dejaron caer que las relaciones entre Juan Vivas y Gordillo no son buenas. Pero entonces intervine yo para recordarles el juramento que ambos hicieron en el salón de actos del Casino, un 5 de marzo de 2005: Estaremos juntos en la tarea política hasta que cualquier fuerza mayor nos lo impida. Juramento que han reafirmado varias veces más. Sobre todo cuando han circulado los rumores acerca de sus más que posibles desavenencias. De modo que ya podemos prepararnos para que ambos, en cualquier momento, decidan darse un homenaje para insistir, nuevamente, que forman una pareja política, de cuya estabilidad no se debe dudar.

MIÉRCOLES. 4

Elena Triano se me acercó un día, de hace ya varios años, para decirme que era hija de Antonio Triano Simón. Y nada más oír su nombre, comencé a contarle de carrerilla cómo fue posible la gran amistad que surgió entre su padre y yo, durante mi estancia en Algeciras, por ser entrenador del primer equipo de fútbol de esa tierra. Corría el año 73 y Antonio era el delegado del club. Y en medio de un ambiente enrarecido, a veces hasta extremos casi insoportables, Triano Simón me transmitía toda la calma necesaria y procuraba por todos los medios ayudarme. Y entre otras cosas, le conté a Elena de cómo era su padre conmigo, cuando nos tocaba viajar. Antonio era un hombre culto, muy culto; y gustaba de visitar, allá donde íbamos, todos los monumentos Y, desde el primer día, no tuvo el menor inconveniente en llamar a mi puerta, muy temprano, para invitarme a que le acompañara durante su recorrido turístico. Y allá que se deleitaba explicándome de qué fecha era aquel castillo, de antigua edificación árabe, acaso torre de vigía y después mezquita; luego, me ponía al tanto de que otra iglesia, excelente edificio de construcción gótica, se había comenzado a levantar a mediados del siglo XV... Y así, cada vez que llegábamos a una ciudad, yo esperaba impaciente la llamada de Antonio. Elena, cuando coincidíamos en el barrio, me daba recuerdos de su padre. El miércoles pasado, Elena me comunicó la muerte de Antonio. Y hasta me puso al tanto de que ni siquiera en sus últimos días se le había caído a éste mi nombre de su boca. ¡Qué fuerte, amigo!... Es la primera vez en mi vida que uso esta exclamación tan actual. Antonio fue un hombre en toda la extensión de la palabra. ¿Verdad, Elena?

JUEVES. 5


La lluvia, acompañada de viento, desarma los paraguas y la gente corre que se las pela. La mañana es infernal. Yo tengo pensado acercarme a las oficinas de la Autoridad Portuaria, a fin de visitar al presidente: Pepe Torrado. Pero, debido al mal tiempo, termino refugiándome en el hotel Tryp. Y allí estaba ya Mohamed Chaib. Y éste, tan servicial como en él es habitual, no duda en poner su coche a mi disposición y allá que nos encajamos en el edificio donde Torrado ha plantado sus reales, como presidente perpetuo. El motivo de mi visita está encaminado a ver si me es posible pegar la hebra con el presidente para que me saque de ciertas dudas que tengo yo con relación a un asunto por el cual siento curiosidad. Pero mi gozo en un pozo, y todas mis esperanzas, a paseo. Porque me dicen que el presidente no se encuentra en el edificio. Algo lógico, tratándose de un cargo que lleva consigo unas relaciones frecuentes, lejos del despacho. De momento, me conformo con que Pepe Torrado, presidente de la Autoridad Portuaria, y lector de estas páginas, lo reseño porque me consta, sepa que he ido a verle.

VIERNES. 6


Tomo café con dos viejos conocidos. Debo decir que con ambos he mantenido mis diferencias por razones de trabajo. Lo cual no es óbice para que la charla transcurra con normalidad e, incluso, saquemos a relucir batallitas del pasado. Anécdotas que nos satisfacen recrearnos en ellas. Es lo que sucede cuando surge el nombre de Pepe Cosío, quien fuera cronista oficial de Ceuta y un singular personaje ceutí. Mis conocidos me cuentan lances de Pepe, durante viajes de éste a Portugal y a Madrid, para asistir a la Feria de Fitur. Y a cambio, yo les hablo de mis días de amistad con él, después de habernos observado mucho tiempo y a cierta distancia. El vozarrón de Cosío era inconfundible. Y fue su tarjeta de presentación el día que puso los pies en el interior del Hotel la Muralla, recién llegado yo a la ciudad. Aquel día derrochó andalucismo, contando lo bien que se lo había pasado en Ronda, durante las vacaciones. Y se le hacía la boca agua hablando de los vinos de Jerez, que acompañados después por una buena comida y rematado todo con un buen puro canario, son capaces de resucitar al muerto más muerto, decía. Mucho tiempo después, me encaró una mañana para decirme lo siguiente: “Llevo toda una vida escribiendo artículos y me leen unos pocos. Y a ti te leen los pocos que me leen a mí y muchos más. Cuando llevas nada y menos escribiendo periódicos ¿Me puedes explicar cómo es eso...?” A partir de ahí creció nuestra amistad y muchas veces se nos vio copeando por bares céntricos. Y hasta tuve la suerte de que me llevara a su casa para enseñarme su biblioteca y su modo de trabajar. De modo que en cuanto se presenta la ocasión, a mí me causa una enorme satisfacción hablar de Pepe Cosío.

SÁBADO. 7

Cuando se me pregunta si conozco a Antonio López, miembro del Gobierno de la Ciudad, dudo lo suficiente como para que la persona que me pregunta al respecto se percate de que me he quedado en blanco. Y comienza a darme explicaciones. Y termina por hacerme una prosopografía completa de él. Y ni aún así soy capaz de responder que ya sé quién es el diputado del cual me habla. Pero hoy, repasando el periódico de ayer, he visto su fotografía ilustrando una información y he descubierto que a López le conozco yo hace la tira de tiempo. Pero he de confesar, y no se les ocurra inquirirme por qué, que no tenía la menor idea de que fuera gerente de la Empresa Municipal de la Vivienda de Ceuta (EMVICESA). Y es que hay cosas que son inexplicables. Y ésta es una de ellas. También es cierto que mi relación con Antonio, persona dinámica, bulliciosa, preparada, y amable, se ha limitado a intercambiarnos los adioses habituales. Aunque es bien cierto que una vez estuvimos sentados juntos a una mesa compartiendo una cuchipanda, para celebrar un acontecimiento al cual fuimos invitados. Y no hay más...
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto