La palabra anorexia proviene del griego y significa falta de
apetito, y aunque la anorexia nerviosa comenzó a conocerse
en la década de los años 60, los casos de abstinencia
alimentaria han sido descritos desde hace miles de años. En
la actualidad, los medios de comunicación venden
continuamente prototipos de mujeres bellas, esbeltas y sobre
todo delgadas, provocando con ello que las chicas, y cada
vez más, aunque en menor medida los chicos, quieran
parecerse al modelo perfecto que nos venden dichos medios;
en este sentido, las nuevas generaciones de jóvenes, adoptan
la idea que se les transmite como la única válida, como un
modelo a seguir, es decir, como un estilo de vida,
conduciendo su cuerpo a único objetivo, alcanzar la delgadez
por encima de todo.
Cuando los jóvenes se inician en esta vorágine alimentaria,
su obsesión por la delgadez, se asocia a otros factores como
la inestabilidad emocional, el miedo al rechazo, miedo a
salirse de los cánones de belleza, etc.; diferentes estudios
han demostrado que la edad de inicio de la anorexia se sitúa
en la primera adolescencia, en torno a los 12 años, si bien
la población más afectada se encuentra entre los 14 y 18,
siendo más frecuente en las clases sociales media y
media-alta.
Como anorexia nerviosa, podemos definir el rechazo a
mantener el peso corporal igual o por encima del valor
mínimo normal, miedo intenso a ganar peso y una alteración
significativa de la percepción de la forma o tamaño del
cuerpo. Las personas que padecen anorexia poseen un carácter
obsesivo, lo que significa que se preocupan constantemente
por el peso y la dieta.
Este trastorno, se caracteriza por la presentación de una
serie de síntomas, los cuales los podemos dividir en
síntomas de comportamiento, síntomas físicos y síntomas
emocionales y psicológicos, de entre todos ellos, hemos
recopilado los más característicos:
1. Rechazo a mantener el peso corporal por encima del mínimo
adecuado para la estatura, llegando a situaciones de
delgadez extrema.
2. Trastorno severo de la imagen corporal.
3. Negación parcial o total de la enfermedad.
4. Miedo intenso a engordar, incluso cuando el peso es muy
bajo.
5. Sensación de estar gordo/a en general o en algunas partes
del cuerpo, como nalgas, muslos, abdomen. Tienen una
percepción de su cuerpo que no es real. Aunque estén
realmente delgados/as, su espejo les dice que siguen estando
gordos/as.
6. Aparecen otro tipo de problemas físicos que acompañan a
la desnutrición, como es el caso de las mujeres, la retirada
o el retraso en la menstruación.
7. Ejercicio físico excesivo.
8. Conducta alimentaria extraña: come de pie, corta los
alimentos en pequeños trozos, etc.
9. Incremento de las horas de estudios y disminución de las
de sueño.
10. Mayor irritabilidad y aislamiento social.
TIPOS DE ANOREXIA NERVIOSA
Dentro de la anorexia nerviosa, podemos distinguir dos
subtipos, por un lado se encuentra la anorexia de tipo
restrictivo, que se caracteriza por la reducción drástica
del peso corporal, utilizando para ello dietas o ejercicio
físico intenso, el enfermo se limita a no comer, o comer
sólo una serie de alimentos bajos en calorías; quien sufre
este tipo de trastorno, no recurre a sobre ingestas de
comida, atracones o purgas.
Por otro lado, existe otro tipo de anorexia de tipo
bulímico, donde el enfermo recurre a vomitar todo lo que
ingiere, cualquiera que sea el tipo de comida o cantidad,
caracterizándose por una ingesta de comida por atracones,
así como el uso y abuso de laxantes para facilitar la
evacuación, preocupación excesiva por la imagen corporal y
sentimientos de depresión, ansiedad y culpabilidad por no
tener autocontrol.
CAUSAS DE LA ANOREXIA
Las causas de la anorexia nerviosa son desconocidas, pero
hay una serie de factores que contribuyen a la misma, dichos
factores son una combinación de elementos biológicos
(predisposición genética y biológica), psicológicos
(influencias familiares y conflictos psíquicos) y sociales
(influencias y expectativas sociales). La pérdida de peso
conduce a la malnutrición, que a su vez contribuye a los
cambios físicos y emocionales del paciente y perpetúa el
círculo vicioso que se sintetiza en el modelo psicosocial de
la anorexia nerviosa.
Todo ello puede producir en el adolescente, una serie de
consecuencias físicas y de comportamiento, como pérdida de
peso alarmante, amenorrea (pérdida de menstruación),
aparición de vello o intolerancia al frío, tensión baja,
arritmias, aislamiento social, irritabilidad, pánico a ganar
peso. La persona que sufre este trastorno, no sólo renuncia
a comer por miedo a engordar, sino que también, supone no
gustarse a sí mismo, no aceptarse tal cual uno es,
provocando ello, una asociación entre delgadez y la búsqueda
de la perfección y de la felicidad, por ello, las personas
afectadas restringen la cantidad de alimentos que comen y
una vez que la enfermedad ha avanzado se produce una
deformación de la imagen corporal, la persona se ve gorda
aunque no sea así.
CÓMO TRATAR LA ANOREXIA
La anorexia es una enfermedad que altera el comportamiento,
la personalidad y la salud de la persona, por eso, es
necesaria la ayuda profesional y familiar para salir
adelante con el tratamiento. Para hacerla frente se necesita
hacer consciente al enfermo de su trastorno y que éste
quiera remediarlo, haciéndole ver las consecuencias que
provoca a su salud.
El tratamiento de la anorexia nerviosa es un desafío porque
la mayoría de las personas que tienen este desorden, niegan
que tengan un problema. Así como todos los desordenes
alimenticios, la anorexia nerviosa requiere un plan de
tratamiento integral y tiene como objetivo, devolverle al
enfermo un peso saludable, tratar problemas emocionales
tales como la baja autoestima, corregir patrones de
pensamiento distorsionados y desarrollar cambios de conducta
a largo plazo, de todo ello se debe de realizar un
seguimiento, con el objetivo de evitar recaídas. Dicho
tratamiento, involucra la combinación de una serie de
estrategias en función al grado de severidad del trastorno,
en este sentido destacamos las siguientes:
1. Terapia psicológica. Donde se intentará reestructurar las
ideas racionales, eliminando la percepción errónea del
cuerpo, mejorando la autoestima y desarrollando habilidades
sociales y comunicativas entre la persona con anorexia y su
entorno.
2. Médica. Ciertas medicinas antidepresivas llamadas
inhibidores selectivos de re captación de serotonina,
podrían ser usadas para ayudar a controlar la ansiedad y la
depresión asociadas con un desorden alimenticio como es la
anorexia.
3. Orientación Nutricional. Cuya estrategia diseña
proporcionar al enfermo un enfoque saludable hacia la comida
y al peso, y ayudarle a restablecer patrones normales de
alimentación y enseñándole la importancia de la nutrición y
una dieta equilibrada.
4. Terapia de grupo y/o de familia. —El apoyo de la familia
es muy importante para el éxito del tratamiento. Es
importante que los miembros de la familia entiendan el
desorden alimenticio y reconozcan sus señales y síntomas.
Las personas con desordenes alimenticios podrían
beneficiarse con la terapia de grupo ya que pueden encontrar
apoyo y podrán discutir abiertamente sus sentimientos y
preocupaciones con otros que comparten experiencias y
problemas comunes.
5. Hospitalización. — La hospitalización podría ser
necesaria para tratar la pérdida de peso severa que ha dado
como resultado la desnutrición y otras serias complicaciones
de salud mental y física, tales como los desordenes
cardiacos, depresión seria y el riesgo de suicidio. En caso
de desnutrición severa se podrían necesitar; suero
intravenoso, la alimentación a través de una sonda naso
gástrica o una solución total nutricional parenteral, que es
usada por pacientes que no pueden o no deben obtener su
nutrición comiendo.
No cabe duda que la anorexia nerviosa, es una enfermedad
mental que prolifera en la sociedad actual, hay que informar
sobre el problema de los desórdenes alimentarios, e intentar
a través de los órganos competentes, iniciar campañas de
prevención donde se busque desmitificar los actuales
estereotipos culturales sobre la delgadez, y convencer a los
jóvenes que dejen de buscar la perfección corporal, ya que
esta no tiene una medida y un peso determinado, instando a
las familias que sufren esta enfermedad en su entorno que
colaboren, porque la anorexia nerviosa tiene cura.
Ana Isabel Escobedo Pajares (Auxiliar Administrativo)
Rosario Alvárez Llanzón (Diplomada en Enfermería)
Rafael Alarcón Oliva (Licenciado en Psicopedagogía)
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