Hombre, estar pendiente siempre de
las noticias, que los distintos medios de información
suministra cotidianamente, no significa que uno tenga tiempo
de sobra para dedicarse plenamente a ello. Mi tiempo está
perfectamente dividido en las diferentes gestiones que he de
hacer diariamente y cada cosa se realiza dentro de su
momento correspondiente. Ello no significa que me dedique
todo el tiempo a una cosa.
Este párrafo precedente es una respuesta que hago a un
amigo, lector y crítico sobre su pregunta de cómo dispongo
de tanto tiempo para llenar cuartillas y cuartillas
diariamente.
Bueno, pasemos ahora a meditar sobre ciertas declaraciones
de un presidente de ciudad autónoma y sobre las que no veo
ninguna lógica que entre dentro del derecho democrático
establecido.
Todos los españoles, que conocemos nuestra Constitución,
sabemos más o menos lo de las comunidades autónomas y esos
híbridos –como lo llama el presidente de la Ciudad Autónoma
de Melilla- entre Ayuntamiento y Comunidad Autónoma.
Que Imbroda, el presidente de la Ciudad Autónoma de Melilla,
demande al Gobierno del país la conversión de Ceuta y
Melilla tiene características de un cuento rústico en que
uno de los campesinos demanda al Alcalde el melón que está
cultivando en su propio huerto.
Vamos a ver, nuestro Gobierno del país no puede ni debe
ordenar y mandar la conversión de las dos ciudades
norteafricanas en Comunidades Autónomas así como así se lo
piden.
Si el propio Imbroda recordó, como si muchos no supieran
leer, que la Carta Magna establece sobre lo de Ceuta y
Melilla… si eso no es el obstáculo. El obstáculo es el
propio Imbroda, ya que para que “su” ciudad se convierta en
Comunidad Autónoma tiene que ser la asamblea de dicha ciudad
la que apruebe los Estatutos, siempre dentro de la más llana
claridad democrática, en total consenso con el resto de las
fuerzas políticas con representación en la misma (aunque
sólo sea medio diputado). Luego se sigue el procedimiento
habilitado para este tipo de gestión legislativa.
Que yo sepa, en Ceuta para que el proyecto de convertirla en
Comunidad Autónoma duerme en cierto cajón…
La Constitución está cumplida, no hay ningún obstáculo para
que las dos ciudades den los pasos oportunos para su
transformación en un ente que no sea un híbrido como dice
Imbroda.
Si la declaración del presidente melillense hubiera sido más
esclarecedora, por ejemplo diciendo que sus estatutos han
sido aprobados por su asamblea y rechazados por el
Gobierno…, debemos saber quién tiene las competencias para
aprobarlos: si el Gobierno o el Congreso. Lo pregunto porque
ahora todo el mundo quiere comparecer en el Congreso como si
fuera el escenario de teatro más famoso del mundo.
Mientras tanto ha de conformarse con que sigamos diciendo
que España se compone de diecisieta Comunidades y dos
ciudades autónomas. Larga espera tendrá que efectuar para
que consideremos el país de las diecinueve comunidades.
En cuanto a las competencias de Urbanismo…, sigan llorando,
sigan, porque el que no llora no mama y veremos como al
final tienen esas competencias y arruinan nuestra tierra,
negando espacios verdes y libres a los ciudadanos, matando
nuestras montañas que son los pulmones de la ciudad y
levantando las iras de nuestros ecologistas con mi amigo en
cabeza.
Bueno, espero que uno de los dos presidentes, o ambos, me
llamen cuando obtengan la categoría de presidentes de
Comunidades Autónomas, con las competencias de Urbanismo
traspasadas… me tendrán que dar un empleo y bien pagado. Con
algo tendré que picar yo también ¿no?
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