Estaba visto y, por fin, ha
llegado el enfrentamiento más escandaloso que podía darse
entre la Ciudad Autónoma y Aróstegui.
La situación estaba tensa desde hace tiempo, pero los
últimos enfrentamientos en torno al Centro de Menores han
endemoniado tanto la situación que, salvo que se templen los
ánimos, se van a ver en los tribunales.
Es difícil dar marcha atrás, cuando la Ciudad Autónoma ha
formalizado, ante el Decanato de los Juzgados de Ceuta, su
denuncia contra Juan Luis Aróstegui, secretario general de
CCOO y contra su secretario de organización, Ramón del Valle
Inclán Moreda.
La denuncia contra estos dos cargos de CCOO es como
presuntos autores de los delitos de denuncia falsa,
calumnias e injurias con publicidad.
Me cuesta trabajo pensar en una denuncia del Gobierno de la
Ciudad, presidido por Juan Vivas, contra nadie,
especialmente, porque el presidente de la Ciudad Autónoma
nunca se ha dedicado a intervenir en asuntos desagradables
para hacerse publicidad o para medrar en la política.
Sin embargo, cuando el 20 de enero se produjo una denuncia a
la Fiscalía de Menores, en relación con una presunta
práctica “habitual y sistemática” de malos tratos a los
residentes de Punta Blanca, la situación pasó de un simple
comentario a una situación en un terreno, cuando menos, muy
resbaladizo.
Al tratarse de Aróstegui puede llevar otra carga más pues el
respaldo de un gran sindicato, cuando menos, le puede ayudar
a intentar que el Gobierno de la Ciudad vaya
resquebrajándose y se encuentre en entredicho, por una parte
de la población.
El asunto, siempre, pero en estos días más, no es de los de
poco más o menos. Últimamente estos centros de menores están
siendo atacados desde muchos ángulos, hasta el punto de que
se ha dado, incluso, la intervención del Defensor del
Pueblo, en algún caso.
La Ciudad Autónoma, a través de la Asesoría Jurídica, ha
presentado una denuncia en la que se relatan los hechos en
los que se ha basado la actuación judicial, iniciada por la
propia Ciudad de Ceuta.
El punto básico en la argumentación de esa denuncia está en
que las acusaciones hechas por Aróstegui y del Valle Inclán
Moreda se hicieron “sin el más mínimo elemento de prueba”.
Aquí está lo malo, y por esto lo van a tener más complicado,
para salir airosos del embrollo en el que se han metido.
¿Hasta donde se va a llegar?. De momento, es difícil
aventurar todo lo que puede dar de sí este asunto, pero es
grave que en un centro como Punta Blanca salgan mal parados
muchos de los hombres y muchas de las mujeres que están ahí
trabajando y cumpliendo con su obligación. Por eso me parece
que el resbalón ha sido grande, además de que más grave es
que quien amparado por una formación sindical de gran peso,
sin tener unas pruebas concluyentes, intente tirar barro con
la idea de que, políticamente, salga salpicado algún
oponente.
Me llama poderosamente la atención que las denuncias no sean
al sindicato, no lo tenían que ser. Esas denuncias van con
nombres propios, Juan Luis Aróstegui y Ramón del Valle
Inclán Moreda. De aquí, lamentaría que alguien sacara
provecho político para el futuro.
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