Nuevos datos y acusaciones hacia terceros evitando la figura
de la conformidad.La magistrada del Juzgado de lo Penal
número 1 tuvo que suspender, en la mañana de ayer, dos
juicios orales que presentaron las mismas características:
la introducción en el escrito de acusaciones de nuevos
testigos que podrían estar imputados en presuntos delitos
contra la seguridad pública, es decir, tráfico de
estupefacientes.
El primero de ellos, se produjo el 20 de enero en la zona de
preembarque de la Estación Marítima, cuando agentes de la
Guardia Civil se encontraban inspeccionando los vehículos.
En dicho momento, decomisaron droga en el doble fondo donde
se transporta la carga en una furgoneta Fiat. A este
respecto, el acusado especificó que “el hachís no era mío
sino de un hombre de Fuengirola”. Esta declaración hizo que
la magistrada suspendiera la sesión, devolviendo las
actuaciones a la Instrucción.
El segundo caso, tuvo lugar el 19 de diciembre cuando los
mismos agentes de la Guardia Civil, durante la inspección,
encontraron 22 kilos de droga en varias bolsas ubicadas
dentro del depósito de combustible de un Peugeot 407. El
imputado alegó que “fue otra persona la que introdujo el
hachís en mi coche y que yo conozco de Algeciras, de haberlo
visto por allí”.
Ambos casos se paralizaron siguiendo el artículo 746 de la
Ley de Enjuiciamiento Criminal que explica que los juicios
orales se suspenden cuando revelaciones o retractaciones
inesperadas produzcan alteraciones sustanciales en los
juicios, haciendo necesarios nuevos elementos de prueba o
alguna sumaria instrucción suplementaria.
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