Nodas las veces que se celebra un concurso o una muestra de
gastronomía suelo acudir en el sentido de que la considero,
a la gastronomía, como un estudio de la relación del ser
humano entre la alimentación y el medio ambiente.
Muchos aún confunden la gastronomía como un compendio de
arte culinario y de cubertería sobre la mesa cuando no es
eso. Esto del arte culinario y de la cubertería sobre la
mesa es un pequeña parte de todo el estudio de la
gastronomía en sí.
Nunca podremos afirmar que un cocinero sea un gastrónomo
además porque la gastronomía compendia varios componentes
culturales tomando como epicentro la comida.
Las primeras noticias que se tienen sobre el tema están
contenidas en el único registro de la Biblia que hace
referencia a “que no coman carne de animales ofrecidos en
sacrificios a los ídolos, que no coman sangre ni carne de
animales estrangulados”. Esto es una frase de una carta
enviada por la antigua iglesia de Jerusalén, entrando en el
tema y convirtiendo lo gastronómico en una especie de virtud
teologal, a los cristianos no judíos de las iglesias de
Antioquía, Siria y Cilicia.
Por eso, al hacer esta referencia a la gastronomía, no
podemos afirmar que la Casa de Ceuta en Barcelona vaya a
continuar organizando su concurso como un concurso de
gastronomía, ello sería de miras muy altas y por lo tanto al
hacerse el concurso, lo llaman Concurso de Repostería, que
es una de las partes incluidas en el conjunto global de la
propia gastronomía.
Y como cada año, la infatigable directiva de la Casa volvió
a organizar su concurso anual de repostería en el que
participaron muchas socias y algún que otro socio con
intenciones de hacerse gastrónomo tipo Adrià.
El concurso envolvió un ambiente magnífico y de entre todas
las concursantes salió ganadora del primer premio la socia
Esperanza Borja Vilche en el apartado de degustación y en el
de presentación se llevó el primer premio Mercedes Teresa.
Al final del disputado concurso de repostería los socios
presentes en el acto acabaron con todo… para eso estaban
hechos los platos, para que se los comieran, no podían
exponerlos, los platos ganadores, en el salón-biblioteca
porque contienen sustancias perecederas y ya me dirán Vds.
cómo dejarían el ambiente.
Nuestra enhorabuena a las ganadoras y un deseo del cronista:
que le inviten a comer algún día platos elaborados por ellas
expresamente para uno. ¡Qué soberbia! ¿no?
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