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ACTUALIDAD - JUEVES, 5 DE FEBRERO DE 2009


juan luis aróstegui. archivo.

  ‘caso punta blanca’
 

La Ciudad acusa a Aróstegui de buscar réditos políticos escudándose en CCOO

El Ejecutivo local presenta su denuncia
contra el secretario general y el de Organización del sindicato por incurrir no sólo en “un error muy grave” sino “en un ilícito penal” con su posición sobre Punta Blanca

CEUTA
Gonzalo Testa

ceuta
@elpueblodeceuta.com

La Ciudad Autónoma formalizó ayer ante el Decanato de los Juzgados de Ceuta su denuncia contra el secretario general de CCOO y su secretario de Organización, Juan Luis Aróstegui y Ramón del Valle-Inclán Moreda, como presuntos autores de los delitos de denuncia falsa, calumnias e injurias con publicidad por la denuncia que el 20 de enero elevó con la rúbrica del primero el sindicato a la Fiscalía de Menores en relación con una presunta práctica “habitual y sistemática” de malos tratos a los internos de Punta Blanca. A juicio de la Ciudad el líder de Comisiones pretendía, amparándose en el sindicato, “desgastar” al Gobierno ceutí.

La Ciudad Autónoma presentó ayer a través de su Asesoría Jurídica en el Decanato de los Juzgados locales una denuncia contra el secretario general de Comisiones Obreras, Juan Luis Aróstegui Ruiz, y su secretario de Organización, Ramón del Valle-Inclán Moreda, “al considerar que pueden haber cometido los delitos de denuncia falsa y/o calumnias con publicidad y/o injurias con publicidad” al presentar el pasado 20 de enero una denuncia ante la Fiscalía de Menores por un supuesto caso de torturas sistemáticas en el centro de reforma de Punta Blanca, según informo ayer el Ejecutivo local a través de una nota de prensa.

En dicho comunicado se refiere que en la denuncia “se relatan los hechos en los que se basa la actuación judicial iniciada por la Ciudad y se fundamentan los motivos por los que se considera que los denunciados podrían haber cometido alguno, varios o los tres delitos antes citados y previstos en los artículos 205, 208 y 456 del Código Penal.

En la argumentación se señala que “pese a la gravedad de las acusaciones dirigidas contra los trabajadores de Punta Blanca” estas se hicieron sin “el más mínimo elemento de prueba, tal y como reconoció explícitamente el propio Aróstegui en una entrevista con un medio de comunicación, donde llegó a decir que su acusación se basaba en ‘testimonios veraces de personas’ sin especificar, pese a ser preguntado por ello, su identidad y, por tanto, sin que se pueda determinar la veracidad de lo denunciado y manifestado por el sindicato”.

Para la Ciudad “esta falta de elementos de prueba” se volvió a poner de manifiesto en la nota de prensa enviada por CCOO, en la que se habló de la existencia de un “protocolo de actuación” y de “maltrato institucional”, unas acusaciones que a juicio del Ejecutivo local adolecen “de la más mínima verosimilitud”.

La actuación del sindicato deja abiertos, según la Ciudad, “varios interrogantes” que se relatan en el escrito de la Asesoría Jurídica “como por qué no trató de contrastar esa información que supuestamente había recibido, aunque fuera con los representantes sindicales en la Ciudad o en el propio centro de reforma”. Todo esto hace pensar al Gobierno ceutí que al secretario general de Comisiones “no le convenía que la realidad le privase de protagonizar una notoria denuncia”, según se señala en el escrito de denuncia.

“Es decir, que el sindicato careciendo de pruebas no sólo no se conforma con denunciar el supuesto maltrato de los menores internados en el centro de reforma, sino que, ‘dando unilateralmente por probado los hechos denunciados’, elevó el tono hasta el punto de hablar de un protocolo institucionalizado de torturas para finalmente comparar el caso con Guantánamo y Abu Ghraib”, advierte la Ciudad, que considera que esta comparación, rechazada públicamente por representantes del mismo sindicato en la Ciudad, constituiría no sólo “un error muy grande”, como han dicho desde este sindicato, “sino un ilícito penal”.

“Desgaste político”

La actuación responde, a juicio de la Ciudad, al objetivo “extrajurídico” de comparar la política de menores del Gobierno con los “deleznables” comportamientos de torturas sistemáticas en zonas de guerra, es decir, se trata de lograr, sin más, un “desgaste político”. En este sentido en el escrito de denuncia se resalta también que “el empleo de las siglas CCOO es un manto protector de las actuaciones que ‘ad personam’ deciden los denunciados”, ya que la denuncia a la Fiscalía de Menores no se basa en un acuerdo del sindicato ni a nivel nacional ni local.

Las reacciones de rechazo realizadas desde la Federación de Servicios y Administraciones Públicas de CCOO y desde los sindicatos UGT y CSI-CSIF y otros hechos como las bajas en la afiliación a CCOO en Menores o las manifestaciones del juez de Menores a este periódico, al que dijo que “nunca ha tenido la más mínima sospecha” de que esté ocurriendo lo denunciado por el sindicato, se han incorporado a la denuncia “por constituir una reacción ‘airada y uniforme’ que es ‘difícil’ encontrar en Ceuta y que no responde a otra cosa que no sea ‘la gravedad objetiva de los hechos denunciados y de su falta de prueba, dato o indicio’ que lo sustente”, explicó la Ciudad.

Aunque los denunciados son Juan Luis Aróstegui y Ramón del Valle-Inclán Moreda en el propio escrito se hace referencia a que la denuncia “se dirigirá también ante cualquier otra persona que en el curso de la instrucción resulte partícipe de los hechos relatados”, advirtió la Ciudad en su nota informativa.
 


Se achaca obrar “con desprecio a la verdad” a los denunciados

La Ciudad Autónoma considera que el comportamiento de Aróstegui y Moreda “puede ser constitutivo” de los delitos previstos en el Código Penal de denuncia falsa [artículo 456] por realizar el sindicato una denuncia ante un funcionario público sin tener pruebas o indicios y posteriormente difundirlo “con temerario desprecio a la verdad, o más bien sin importar su verosimilitud, sin la más mínima comprobación”. Igualmente opina que ambos pudieron incurrir en otro delito de calumnias e injurias [artículos 205 y 208] al obrar “con total desprecio a la verdad”. En estos dos últimos casos el Ejecutivo de Vivas cree que tendría el agravante de haber sido con publicidad, al haberse difundido la noticia, creando, además, “una injustificada alarma social entre los menores internados, sus familiares y de la propia plantilla del centro”, que “de la noche a la mañana se ve sometida al escrutinio desconfiado de cualquier persona de buena fe a la que se le traslada una acusación tan deleznable como la difundida por los denunciados”, indicó en nota de prensa. A juicio de la Ciudad, las víctimas de este ataque no sólo serían los trabajadores del centro de reforma, sino los responsables de la política de Menores, ya que lesiona “grave, gratuita y públicamente” su “buena imagen, prestigio social y estimación”, y la propia Administración, que, “de velar fielmente por los intereses generales y de los menores en particular”, pasa a convertirse en una entidad que “institucionaliza y sistematiza la tortura y los tratos degradantes como forma de comportamiento”.
 

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