El consejero de Seguridad Ciudadana, Ramón Antón, aseguró
que este grupo de opositores “no tienen razón”, opinión que,
según dijo, comparten los técnicos que están siguiendo esta
convocatoria. En declaraciones a MELILLA HOY, Antón
puntualizó que las bases de la convocatoria indican
distintos parámetros que se evaluarán en el test
psicotécnico, a tenor de los cuales se elaboran los
exámenes. Por lo tanto, el consejero negó que el test
numérico tenga que ser incluido obligatoriamente en la
prueba, como argumentan los opositores que han impugnado.
Antón afirmó además que la limpieza y la transparencia en el
proceso de oposiciones están “totalmente garantizadas”. Para
ello, explicó con detalle el procedimiento que se sigue en
la fase del test psicotécnico para impedir que ninguno de
los opositores pueda ser favorecido de manera subjetiva.
Según explicó el consejero, los test psicotécnicos son
elaborados en Madrid por la División de Formación de la
Policía Nacional, concretamente por el Gabinete
Psicopedagógico. Por lo tanto, ni el psicólogo ni los
miembros del tribunal de las oposiciones saben el contenido
de los exámenes.
En cuanto los test llegan a Melilla, son guardados en una
caja fuerte delante del tribunal, que es el encargado de
extraerlos el mismo día del examen para llevarlos al lugar
donde se celebre. Allí, delante de los opositores, se
desprecintan los test y se les explican los parámetros
marcados, el tiempo de duración del examen y el número de
preguntas que contiene cada uno.
Una vez finalizados los test, éstos son introducidos en un
sobre grande blanco junto a otro sobre pequeño, en cuyo
interior se encuentra la identidad del opositor que ha
realizado el examen. Por lo tanto, los test “son anónimos”,
subrayó Antón, quien explicó que todos los sobres son
precintados y firmados en el cierre por los miembros del
tribunal. Posteriormente son barajados, para que no se
puedan relacionar con el orden de entrega de los opositores,
y se les asigna un número.
Después, son introducidos en una caja fuerte y son
trasladados por el psicólogo a Madrid para que sean
corregidos por un ordenador especial de la Policía Nacional.
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