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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 4 DE FEBRERO DE 2009

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

Se ha ido un gran amigo
 


Jesús Carretero
jesuscarretero@elpueblodeceuta.com

 

Hacía muchos años que nos conocíamos. Habíamos hablado cientos de veces y sobre cuestiones personales, de esas que sólo se comentan con las personas de confianza. En los últimos meses habíamos analizado muchas veces la situación del instituto, por donde era por donde mejor se podía ir y las dificultades para poder poner en su sitio ciertas circunstancias que se dan a cada instante. En el análisis de esos temas es en los que te dabas cuenta de que siempre estaba en su verdadero sitio y con quien tenía que estar.

Serio y trabajador, nunca entraba en los “asuntos de poco más o menos “. O era una cuestión seria o él pasaba del tema.

Últimamente estaba más serio, pero su semblante era siempre el mismo, muy templado, sin dar un paso en falso, porque antes de decir una cosa la había pensado.

No tenía miedo a abordar ningún tema del instituto y en absoluto le asustaba cualquiera de las cosas que iban surgiendo en el día a día. Sabía que había aceptado un cargo y que cuando llegara junio lo dejaría con la misma dignidad que lo había asumido.

No ha llegado a junio y bien que lo vamos a notar todos, especialmente los que éramos sus amigos y teníamos contactos a diario.

El lunes no coincidí con él en el instituto, la última vez que hablé con Fernando fue el pasado viernes. Un día antes había tenido uno de los problemas que, por desgracia, se vienen dando con demasiada frecuencia en el instituto y que los organismos superiores o no saben o no pueden solucionar.

Lo del jueves fue “gordo”, yo lo presencié en su mismo despacho y me resultó uno de los incidentes más desagradables, el que más, de mis casi cuarenta años de profesor, y he pasado por varios institutos.

Pero también en momentos como ese sabía actuar y no le daba más que la importancia que tenía, pero, como hombre calculador, buen cuidado tuvo de tomar nota exacta, en lo que contribuí. Creo que este fue el último gran servicio de Fernando al instituto, y ojalá haya servido de algo.

Después ..., pues ya nada más. Un día negro, uno de esos días que no debieran haber amanecido, se lo ha llevado para siempre el lunes, sin molestar a nadie, sin decir nada, ni siquiera a los más íntimos... ¿Por qué es tan cruel la vida con personas que son responsables?. Porque Fernando lo era y cuando algo no le gustaba lo decía sin tapujos, con nobleza, con sinceridad y sin dejar el más mínimo poso tras ello.

Cuando, sobre las nueve y media de la noche del lunes, desde la redacción del Pueblo de Ceuta me llamaba David y me decía que Fernando había fallecido, se me quedó cortada la respiración, yo no lo podía creer, hubiera querido no creerlo, deseaba que aquello fuera un error de comunicación, pero David ya lo sabía muy bien y a los pocos minutos yo lo comprobaba por otra dirección. No había posibilidad de error, era cierto.

Ahora ya todo es pasado. A partir de ahora, como yo decía en la entrevista que le hice no hace más que dos semanas, uno de los directores más jóvenes de la historia del Siete Colinas se nos ha ido en plena juventud.

A partir de aquí, es natural, el instituto va a seguir, pero un poco de forma diferente, no será todo igual, sus amigos, yo lo era, tendremos ahí un vacío que será muy difícil rellenar.
 

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