Están hartos de ser autónomos. Cada mes cobran 1.300 euros,
pero las obligaciones que conlleva esta situación laboral
mengua su salario hasta algo menos de 900 euros. “Nos quitan
100 euros por retenciones”, por lo que ya son 1.200, a los
que hay que restar 258 por ser autónomos, menos 56 de IPSI,
lo que finalmente da un resultado de 886 euros mensuales.
Y así resulta difícil llegar con un resuello a fin de mes,
teniendo en cuenta que muchos de ellos son padres de
familia. Un total de nueve hombres y dos mujeres componen
las Brigadas Cívicas, un equipo de trabajo que tiene nombres
pero al que le han faltado siempre los rostros. Aquí están.
Los varones se encargan del trabajo a pie de calle: desde
guiar al camión de Urbaser, hasta dirigir el tráfico si se
satura la calle San Daniel. En cuanto a las mujeres, Rosa
Oliva asume las cuestiones administrativas desde el local de
la Federación de Vecinos, mientras que Haviva Abdelkader,
auxiliar de enfermería, realiza a diario tomas de tensión
desde una sala habilitada dentro del local social del
Príncipe Alfonso.
Está previsto que a partir de marzo terminen su condición de
autónomo, una situación que mantienen desde hace más de
cinco años, cuando comenzaron a funcionar a través de un
acuerdo con la Ciudad Autónoma. Ahora, van a depender de la
Federación Provincial de Asociaciones Vecinales (FPAV).
Mediante un convenio anual con la Ciudad, la FPAV gestionará
el trabajo de estas 11 personas. Teniendo en cuenta el
ejemplo de las Brigadas Verdes y Bareda, que también son
gestionadas por la FPAV, los trabajadores entienden que sus
condiciones laborales van a aumentar en seguridad, gracias,
en parte, a un mayor salario, que según lo previsto rondará
los miel euros, aunque aún no hay nada confirmado.
José Ramos, presidente de la FPAV, recordó que desde hace
unos meses estos trabajadores ya estaban en la Federación
vecinal, pero que ahora “se ha conseguido que estos hombres
y mujeres tengan una estabilidad laboral que para ellos es
importante y que, por lo tanto, para nosotros también,
porque son vecinos de nuestra ciudad”. Ramos destacó el
quehacer de estos operarios: “Están haciendo una labor
encomiable en el Príncipe Alfonso”. En resumidas cuentas,
estos trabajos se ciñen a la regulación del tráfico, a
dirigir a los camiones de Urbaser por las calles más
angostas del barrio, acompañan a la gente mayor y pequeña en
momentos oportunos, también acompañan a los conductores de
los autobuses de la línea 8 en horario de salida de colegios
para evitar en la medida de lo posible incidentes e intentan
que las personas se comporten de manera cívica.
Haviva Abdelkader toma la tensión a pacientes mayores que
visitan el local social durante la mañana. “Más que tomar la
tensión, lo que se pretende es hablar con ellos, darles una
atención y, así, conseguir que salgan de casa y den un
paseo”, comenta. En turnos de mañana y tarde (cuatro y
cuatro), los ocho trabajadores de a pie ofrecen asistencia
social. “Solemos ir al Polifuncional para que nos asignen
tareas”, explica uno de ellos, “y entonces pues acompañamos
a las señoras a casa, o ayudamos a los niños a cruzar”. En
ocasiones se ven obligados a regular el tráfico cuando la
calle San Daniel se convierte en un tapón.
Empiezan pronto, a las 7 de la mañana; luego termina el
turno y a las 17.00 toma el relevo el segundo grupo, hasta
las 1.00 horas. Muchas veces permanecen en las inmediaciones
del local social, donde se les puede localizar sin
problemas. Todos ellos son conocidos en el Príncipe e
intentan infundir respeto. En verano suelen acercarse a la
playa de la frontera, para erradicar comportamientos
inadecuados o para hacer tareas educativas con los pequeños.
Estos son los rostros de 11 trabajadores que a partir de
marzo van a dar un salto de calidad, gracias a la
implicación de la Federación de Vecinos, que vuelve a tomar
parte en el organigrama de trabajadores municipales. La
Ciudad deposita una confianza en la FPAV que estos refrendan
anualmente con el informe de gestión. Vistos los resultados
de las Brigadas Verdes y Bareda, se antoja un futuro
halagüeño para las Brigadas Cívicas.
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