Es lo que pretende el consejero de
Hacienda, Francisco Márquez, pero mirando, especialmente, a
la recaudación.
Los políticos, cuando van a estrenar un cargo o cuando
pretenden llegar a un puesto clave, prometen lo posible y lo
imposible para poder “adquirir” la “canonjía” que van
buscando, luego, una vez en el cargo, hacen todo,
especialmente lo imposible, para que los contribuyentes
paguen lo que les pertenece, o mejor dicho, lo que se les
exige.
No sé si Márquez es un buen consejero de Hacienda o no,
porque no pasé por sus dominios nunca y creo que en mi vida
he cruzado escasamente cinco palabras con él, además de que
lo que yo tengo que pagar y pago, aquí en Ceuta,
regularmente se me pasa por el banco, con lo que cuando me
entero ya está pagado y no me preocupo demasiado en si me
cobraron más de la cuenta o no, porque menos, estoy seguro
de que, no lo hacen.
Lo que sí sé es que Márquez se preocupa muy especialmente de
que el importe de los tributos entre cuanto antes a la caja,
y ahora, para que sea “más fácil”, pero “rentable también”
lanza lo que se ha dado en llamar la “revolución tecnológica
pendiente”, con lo que los tributos se podrán pagar en los
propios cajeros de la Ciudad que se instalarán tanto en
dependencias públicas, como en espacios de una gran
afluencia pública.
Se nos dice, desde la “santa casa madre” que así se
facilitará al ciudadano hacer los pagos, pero la realidad es
que lo que se pretende, más que nada, es que la recaudación
se haga cuanto antes mejor, y así se evitaría o se reduciría
la morosidad.
Muy técnico él, este es Francisco Márquez, dice que hay que
acercar las Nuevas Tecnologías a los ciudadanos para
facilitar que cumplan con sus obligaciones, pero a esto
debiera añadir que lo que tendría que buscar es que los
ciudadanos pagaran menos y aquí, con estas nuevas
tecnologías, al no tener que ser atendidos los clientes por
el funcionario de turno, debería pagar menos. Eso sí sería
una verdadera revolución, señor Márquez.
El hombre de la Hacienda da todo tipo de facilidades,
excepto en lo relativo a las rebajas, por lo que habla de
que se podrán pagar en los cajeros automáticos en metálico,
con tarjeta o a través de una trasferencia. Todo
facilidades, pero para los técnicos de esas materias, para
quien necesita de ayuda ya veremos como se las tiene que
“apañar”.
Y para “evitar paro”, pues, se nos dice que en marzo ya no
se pagará el agua en Acemsa, como se venía haciendo, con lo
que se habla de un ahorro del 5% si uno lo domicilia. Hasta
que no vea ese 5% de menor costo no me lo voy a creer, por
la sencilla razón de que a los políticos, ni a Márquez, ni a
otros, sean del grupo que sean no los creo nada, al hablar
de temas en relación con la recaudación.
Eficacia y eficiencia parece que se busca con todos estos
“inventos”, o sea que además es ponerle palos en las ruedas
a las pocas posibilidades que en su día podría tener
Aróstegui, de volver a esa parcela, y que en las
inmediaciones de esa área, en su día, mostró como se puede
llegar al caos económico, aunque en honor a la verdad hay
que decir, que con todo el lío que él tenía montado, el
Ayuntamiento siguió, no sé como, pero siguió.
El afán recaudatorio de Márquez, debo decirlo, me gusta
poco, lo de Aróstegui lo detesto. Tras uno y tras otro el
Ayuntamiento seguirá viviendo.
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