Carmen Maestro Martín (Madrid, 1954) demuestra en esta
entrevista estar muy al tanto de algunos de los principales
asuntos del panorama educativo ceutí, pese a la distancia y
a que, desde que tomara posesión de su cargo como presidenta
del Consejo Escolar de Estado en 2006 no ha visitado Ceuta.
Esta licenciada en Geografía e Historia por la Universidad
Complutense mantiene que la comunidad educativa ceutí, pese
a no tener consejo escolar propio, está bien representada en
el organismo de participación estatal.
Maestro mantiene su confianza en el funcionamiento de las
medidas del Plan Educa y deja entrever que podría visitar
Ceuta próximamente.
Pregunta.- ¿Qué es el Consejo Escolar de Estado y qué
representa para el alumnado, el profesorado y los padres de
alumnos de Ceuta?
Respuesta.- Es el principal órgano de representación y
participación del Ministerio de Educación, Política Social y
Deporte en materia educativa. Entre otras funciones,
desempeña un papel de asesoramiento respecto a la ordenación
de las enseñanzas y realiza las propuestas que considere
necesarias para la mejora del sistema educativo. Esta
compuesto por miembros de toda la comunidad educativa.
P.- El Consejo Escolar de Estado ha manifestado en
reiteradas ocasiones la necesidad de la “constitución lo
antes posible” del Consejo Escolar de Ceuta ¿Qué necesidad
hay para ello? ¿Por qué no se ha conseguido todavía?
R.- La Ley Orgánica del Derecho a la Educación establece que
cada Administración educativa contará con un Consejo Escolar
para su ámbito Territorial. Como sabe, las competencias
educativas en Ceuta las tiene el Ministerio de Educación, de
lo cual se deduce que ya existe un Consejo Escolar para
Ceuta que es el Consejo Escolar del Estado. Otra cosa
diferente es la creación de un órgano de participación
específico, en el que estén representados todos los sectores
de la comunidad educativa junto con la Administración para
estudiar, analizar y proponer actuaciones educativas útiles
para mejorar entre todos la formación de la población ceutí.
P.- Los sindicatos, el profesorado y los propios padres
coinciden en señalar que la ratio de alumnos por aula en
Ceuta está más elevada del límite permisible. ¿Confirma esta
posición el Consejo Escolar de Estado con las cifras que
maneja?
R.- Hay que señalar que la ratio aula-alumno en Ceuta es muy
elevada pero que la ratio alumno-profesor es una de las más
favorables de España. Esto refleja la necesidad acuciante de
nuevas infraestructuras escolares. En la segunda mitad de
los años 90 y en los primeros años de esta década, no se
realizaron apenas obras en los centros escolares de Ceuta
más allá de las inevitables tareas de conservación y
mantenimiento. El crecimiento de la población escolar se
abordó convirtiendo espacios comunes de los centros en aulas
ordinarias con la consiguiente pérdida de calidad del
servicio escolar. Se mantuvo el primer ciclo de la educación
secundaria en los colegios durante más tiempo del necesario,
se sacrificaron bibliotecas, aulas específicas o
laboratorios para dar respuesta a la necesidad de
escolarizar nuevos alumnos y no se planificó adecuadamente
la necesidad de nuevas instalaciones.
P.- ¿La clave está, entonces, en la construcción de
nuevos centros educativos en la ciudad?
R.- El Ministerio de Educación, Política Social y Deporte es
consciente de que un factor decisivo a la hora de lograr una
educación de calidad son los espacios físicos en los que se
desarrolla el aprendizaje, así como los materiales y los
recursos educativos. Para ello necesitamos solares que deben
ser proporcionados por la Administración local, tal como
señala la normativa vigente. Estamos en contacto permanente
para conseguir esa cesión de suelo y esperamos que en muy
breve período de tiempo podamos ver los resultados de estas
negociaciones.
P.- ¿El Plan Educa Ceuta cuyas líneas maestras fueron
presentadas en Ceuta por la secretaria de Estado de
Educación puede ser un elemento clave para mejorar los
niveles de la enseñanza en Ceuta?
R.- Con el plan ‘Ceuta Educa’ pretende acometer una
adecuación integral de todos los edificios escolares de la
ciudad. Su objetivo es realizar un cambio sustancial de las
infraestructuras educativas mediante la construcción de obra
de nueva planta que resuelva los problemas de ratios
existentes en la mayoría de los centros. En este sentido,
está prevista la construcción de dos nuevos colegios
públicos de educación infantil y primaria y un nuevo
instituto de educación secundaria así como la aceptación de
un edificio municipal como sede del Conservatorio
Profesional de Música y la adecuación de uno de los centros
existentes como Centro Integrado de Formación Profesional.
También está previsto continuar mejorando las instalaciones
de los centros existentes, especialmente en lo relacionado
con la seguridad y accesibilidad de los mismos.
P.- El Ministerio de Educación lleva años poniendo medios
económicos y programáticos para combatir el fracaso escolar
en Ceuta. ¿Cuál es, a su parecer, la receta para combatir
este mal endémico ceutí?
R.- El abandono y el fracaso escolar son hechos inherentes a
todas las sociedades desarrolladas, son fenómenos que se
manifiestan como un reflejo más de las desigualdades que
existen en la propia sociedad y obedecen a múltiples causas.
La lucha contra el abandono escolar debe hacerse desde
diferentes ámbitos si se quiere que sea efectiva, debe
extenderse a otras acciones de tipo social y familiar que
compensen las posibles desigualdades, bien sean de partida o
que se manifiesten a lo largo del período de escolarización
de nuestros muchachos. A través del plan “Ceuta Educa”, que
le he citado, y de las medidas para la disminución del
abandono escolar en España recientemente anunciadas por la
ministra esperamos que cambien las actuales circunstancias y
Ceuta se coloque en la senda de alcanzar los objetivos
europeos.
P.- ¿Qué incidencia tiene en la enseñanza para el alumno
el incluirse en un aula con demasiados estudiantes?
R.- El poder disponer de infraestructuras adecuadas para la
actividad escolar es un requisito básico de un servicio
educativo de calidad. Los edificios escolares deben estar
acondicionados para la función que ejercen, lo que significa
no sólo estar dotados de las instalaciones básicas para
impartir enseñanzas (aulas, bibliotecas, laboratorios) sino
que deben disponer de otros servicios y equipamientos que
cumplan determinadas características para que dentro de los
recintos escolares se puedan llevar a cabo actividades tanto
académicas como complementarias o extraescolares de la mejor
manera posible y de esa manera, facilitar una correcta
formación del alumnado.
P.- Hace algunos meses viajó a la ciudad autónoma de
Melilla. ¿Para cuándo una visita a tierras ceutíes?
R.- Conozco el buen hacer del profesorado y de la comunidad
educativa ceutí. Me gustaría mucho visitar Ceuta y conocer
de primera mano las dificultades y los logros conseguidos y
lo haré en cuanto pueda.
P.- La Junta de Personal docente reclama más atención del
Ministerio a la realidad de la educación en Ceuta y Melilla,
únicos territorios de su gestión. ¿Considera que estas dos
ciudades están siendo bien atendidas?
R.- Me consta que la atención que el Ministerio presta a
Ceuta y Melilla es la adecuada, la prueba está en todas las
actuaciones que se están llevando a cabo en relación con la
implantación de la ley Orgánica de Educación. Por supuesto
que todo es mejorable y, como ejemplo, podría volver a citar
las actuaciones contempladas en el Plan ‘Ceuta Educa’
P.- A tenor de los datos de abandono escolar parece que
las aulas han dejado de tener atractivo para el alumnado que
prefiere cada vez más incorporarse al mundo laboral ¿Qué
soluciones se pueden aportar para mantener al estudiante
dentro de la cadena de formación educativa?
R.- No se puede decir que la incorporación al mundo laboral
sea la mejor opción para un joven sin formación. El abandono
escolar, además de empeorar la cohesión social, por lo
general condena al individuo al desempleo o al empleo de
bajos ingresos, y por tanto aumenta las posibilidades de
marginación y de engrosar colectivos potencialmente
conflictivos. Desde esta óptica, las iniciativas para
prevenir el abandono escolar y superar el fracaso escolar
deben verse como un seguro contra costes sociales mayores.
Si tenemos porcentajes altos de alumnos que no alcanzan los
mínimos educativos exigidos, se van a producir con toda
seguridad problemas en el conjunto de la sociedad, puesto
que desde el momento que aparecen sectores que sufren
carencias formativas se producen, automáticamente,
manifestaciones de exclusión social y, en consecuencia, de
desprotección, de inseguridad, de aislamiento de unos
ciudadanos que, como poco, podemos calificar de
desfavorecidos. Frente a esto, las políticas de becas,
especialmente las compensatorias destinadas a las familias
más desfavorecidas, suponen un aliciente para no dejar los
estudios y, en cualquier caso, la puesta en marcha de
programas que a la vez que capacitan profesionalmente
mantienen abiertas las puertas para el mantenimiento en el
sistema educativo, como pueden ser los programas de
cualificación profesional inicial, se configuran como una
medida eficaz y compensadora de desigualdades de los jóvenes
en esta circunstancia.
P.- Ceuta y Melilla son pioneras en la implantación de
los PCPI. ¿Incidirán sobre algunos de los males educativos
como el fracaso o el abandono escolar?
R.- A través de los PCPI los jóvenes verán mejoradas sus
condiciones para acometer de manera cualificada su
incorporación al mercado laboral, ampliando también sus
competencias básicas para proseguir, si así lo desean,
estudios en las diferentes enseñanzas por las vías previstas
en la Ley.
P.- Otro de los grandes caballos de batalla de la
Educación es el bullying o acoso escolar. Este mal no se da
en cantidades importantes en Ceuta pero es una cuestión a
tener en cuenta. ¿Cómo debe abordarse?
R.- Aprender a vivir juntos, aprender a convivir con los
demás, además de constituir una finalidad esencial de la
educación, representa uno de los principales retos para los
sistemas educativos actuales. Aunque las situaciones de
conflicto, de indisciplina o de acoso entre escolares han
existido siempre, parecen haber cobrado una mayor relevancia
en los últimos años y es innegable que se trata de un
fenómeno con incidencia directa en el trabajo del
profesorado. Entre los factores que se han apuntado como
responsables del deterioro de la convivencia, unos son de
carácter psicológico, otros de carácter social y otros
propiamente educativos. La complejidad y variedad de estos
factores exige intervenir en diversos ámbitos si se aspira a
encontrar la respuesta educativa más adecuada a estas
situaciones siendo necesario huir de explicaciones simples
que, lejos de solucionar el problema, contribuyen a
agravarlo.
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