Nuevas Generaciones del Partido Popular siempre aboga por la
convivencia pacífica, la educación en la tolerancia y en los
valores de la No Violencia en los Centros Educativos de
nuestra ciudad y nuestro país.
Somos conscientes de que vivimos en una era de guerras y de
conflictos armados y no queremos que sucesos acaecidos y
desagradables sucedidos en el siglo pasado puedan volver a
repetirse.
La UNESCO ha declarado la década de 2000 a 2010 cómo
“Decenio internacional para la promoción de cultura de la
No-violencia y de la paz para los niños del mundo” y por eso
en este día.
Por ello desde Nuevas Generaciones manifestamos:
Que queremos una sociedad justa y equitativa.
Que queremos que se rompan las fronteras que marcan las
diferencias entre culturas, razas, idiomas… Y podamos dar la
mano a nuestros semejantes y abrazarnos sin temor a su
rechazo.
Que queremos una sociedad limpia de egoísmo y de extremismos
que a nada conducen y solo pueden derrochar una violencia no
justificada. Una sociedad limpia de amenazas y gestos
despreciativos.
Que queremos que en nuestra comunidad educativa se vean los
problemas como oportunidades de encontrar soluciones y que
todos se merecen oportunidades para ser felices.
Que queremos que nunca veamos en nuestros semejantes
rivales, pues los únicos rivales son nuestras propias
debilidades.
Que queremos que exista un compromiso de todos para
concienciarnos en el uso de un lenguaje no sexista, no
violento, pues no conduce a una convivencia pacífica.
Que queremos vivir en paz. Pero eso no será posible mientras
alguien de nuestra comunidad sufra vejaciones, insultos,
racismo, agresiones, vandalismo, groserías, injusticias,
desprecios, antipatías…
La paz necesita de la tolerancia, de la justicia, de la
igualdad, de la solidaridad, y también de la responsabilidad
de los gobernantes, quienes tienen el destino de los pueblos
en sus manos, quienes tienen que tomar decisiones acertadas
que hagan el bien común.
La paz es para nosotros y nosotras un lugar. Un lugar donde
podamos salir a la calle sin tener miedo a que nos puedan
hacer daño o a que nos peguen un tiro. Donde no haya
maltrato de ningún tipo, un lugar donde no haya guerra y
podamos vivir en alegría y armonía. También es un lugar
donde cuando veas las noticias no haya ningún reportaje
diciendo que alguien ha muerto a manos de otra persona,
donde no haya violencia de género. Un lugar donde ninguna
niña, ningún niño, sea acosado en la escuela. Un sitio donde
nadie pase hambre, donde no sea necesario emigrar para huir
de la pobreza, donde el cayuco, la patera, saltar la valla o
el muro no sea la única forma de huir de la miseria.
Abogamos, especialmente en estos momentos, por la paz entre
los pueblos, entre las etnias y las culturas. Queremos un
mundo con muchas culturas y un solo corazón. Un mundo en paz
donde las razas no existan, sólo una especie, la humana,
reconciliada, en paz y en justicia. Entre todos y todas lo
podemos lograr. Podemos ser protagonistas de este cambio.
Las verdaderas transformaciones suceden a través de pequeñas
acciones, acciones reales y concretas que están al alcance
de la mano.
Contribuyamos a la paz mejorando nuestra actitud en el trato
cotidiano con nuestros semejantes, respetando el entorno,
rechazando las referencias violentas que la televisión y
juegos de dudosa intención tratan de imponernos
inconscientemente, para hacernos violentos o frustrados.
Neguémonos a involucrarnos en hechos poco éticos.
En estos tiempos en que muchos abogan por solucionar los
conflictos violentos aumentando el número de soldados o
endureciendo las medidas policiales, queremos recordar que
es la palabra la única alternativa real a la violencia. El
diálogo, el entendimiento mutuo y la negociación son las
únicas armas legítimas para superar los enfrentamientos
armados. El viejo dicho de que la violencia engendra
violencia sigue estando, por desgracia, muy vigente en el
mundo actual.
Por eso hoy, en el Día de la Paz, queremos lanzar desde
Nuevas Generaciones este grito:
No a la guerra, sí a la paz.
No al terrorismo, sí al diálogo y al entendimiento.
No a la pobreza, sí a la solidaridad.
En este día, ese es nuestro gran reto.
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