Sólo los educadores y el personal no docente del Colegio de
Educación Especial San Antonio conocen realmente el valor de
una mirada, una sonrisa o un gesto de cariño de un niño.
Ello es así porque el significado de cualquiera de estos
actos tiene el doble de emotividad procediendo de unos
pequeños con más dificultades para abrirse camino en la
vida. Estos gestos son, al mismo tiempo, una de las
principales motivaciones de trabajo para los trabajadores
del centro.
La educación en un centro como este adquiere un matiz
especial. “El objetivo que tenemos como docentes es preparar
a estos chicos para la vida trabajando al máximo sus
capacidades”, reseña Mercedes Canca, directora del CEE San
Antonio desde hace casi dos años. Los alumnos de este centro
encuentran más dificultades que ningún otro para
incorporarse al mercado laboral y parte de la formación que
reciben está orientada a paliar esa problemática. “Somos
conscientes de que nuestros chicos no tienen suficientes
oportunidades pero estamos trabajando y vamos por buen
camino”, señala.
Actualmente el centro cuenta con 199 alumnos que son
atendidos por 94 trabajadores. Al CEE San Antonio llegan
niños y niñas desde los 3 años y allí permanecen cada día
hasta llegar a los 21. Son muchas las horas que pasan en el
centro por lo que todos los que los rodean son como su
segunda familia. El cariño es muy grande pese a que puedan
producirse situaciones difíciles derivadas de las especiales
características de cada menor.
El trabajo con los más pequeños se fundamenta en la llamada
estimulación basal. Después los docentes siguen toda la
secuencia evolutiva, aunque lentamente, llega hasta los
niveles más altos. La directora explica que tras el
desarrollo de la Educación Básica Obligatoria los alumnos
trabajan con la Transición a la Vida Adulta (TVA) y pueden
elegir realizar un Programa de Cualificación Profesional
Inicial (PCPI) de jardinería.
La TVA es una de las acciones más importantes pues supone
preparar al alumno para la vida fuera del centro. Los
tutores desarrollan en cada uno las habilidades más comunes
del individuo en sociedad y en el hogar. Así, se realizan
acciones como coger el autobús, hacer la comida, ir al
zapatero, hacer la cama o fregar. Todo ello dirigido a
fomentar su autonomía. Un ejemplo de esta labor se resume en
que ellos mismos lavan sus ropas y delantales tras las
clases de cocina del día anterior, según relata la
directora.
La llegada de niños desde los tres años a los centros
educativos marcada por la Ley Orgánica de Educación (LOE)
ofrece más inconvenientes que ventajas en el caso de los
centros de educación especial, según informa Mercedes Canca.
“Una de nuestras demandas es que este tipo de menores se
mantenga en centros de integración para desarrollar las
competencias sociales de 3 a 6 años”, agrega.
La plantilla de empleados de este tipo de centros se
caracteriza por su amplitud. El objetivo es tener el mayor
número de personas para ofrecer la máxima atención a los
alumnos. Así, el CEE San Antonio cuenta con 27 docentes de
Pedagogía Terapeutica, 5 de Audición y Lenguaje, 5
fisioterapeutas, 2 profesores de Educación Física, 2 de
Música, 16 Oficiales de Actividades Específicas, 1
orientadora, 2 ATS/DUE y 3 cocineros. Todos ellos conforman
el equipo de profesionales adscritos al Ministerio de
Educación. Gracias al convenio MEPSYD- Ciudad trabajan un
técnico de integración social, un trabajador social, un
informático y un bibliotecario. Finalmente el centro cuenta
con 23 trabajadores del Plan de Empleo y 5 conserjes y una
limpiadora asalariados de la Ciudad.
Dentro del capitulo de personal, la directora del centro
recuerda la “inestimable labor” de Cruz Roja en el
transporte de los niños. Unos estudiantes que entran cada
día a las 8.15 y se marchan a las 15.00 en primera instancia
y a las 18.30 en segunda.
“Estamos luchando para que el centro pueda contar con un
personal para actividades lúdicas y de respiro familiar en
el turno de tarde. Hasta ahora estas labores las realizamos
con personal de los planes de empleo pero sus
características no nos convencen. Es necesario que sea un
equipo de trabajo continuado y permanente curso a curso y
los cambios son la principal característica de este
personal”, explica la máxima responsable del centro.
No es muy descabellado decir que las personas que trabajan
en estos centros son de otra pasta. Incluso ellos lo
reconocen: “Somos gente inquieta. Estamos aquí por que nos
gusta lo que hacemos, esto esta muy lejos de la labor de un
funcionario”. A pesar de que son ellos los que imparten la
docencia “aprendemos más de lo que enseñamos”. Los
sentimientos afloran en este tipo de conversaciones y a la
directora no le duele en prendas reconocer que cuando uno
vive una situación crítica valora más la vida y lo que
tiene.
“Hemos percibido una evolución positiva en la sociedad
respecto al trato a personas deficientes y discapacitadas.
La Administración, de un color político u otro, nos está
mimando y eso es de agradecer. Sentimos el apoyo”, afirma.
El objetivo, además de conseguir la autonomía, es formar a
los alumnos para que puedan desempeñar alguna función o
tarea que sea remunerada. Algunos de ellos se quedarán en el
centro pero otros buscarán fortuna fuera, en Ceuta. Para
ello la directora pide la colaboración de la Administración
y las instituciones. La directora piensa en poder acogerse a
la mayor cantidad posible del 10% de plazas reservadas por
la Ciudad para el cupo de inserción social.
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Un centro “puntero” por el desarrollo
de numerosos proyectos de vanguardia
El Colegio de Educación Especial
San Antonio es una instalación “puntera” dentro del
territorio nacional, según afirma la directora, Mercedes
Canca. La implantación y el desarrollo de algunos proyectos
de nivel así lo atestiguan. El proyecto Retadis de ayudas
técnicas es uno de ellos. Otro de los más significativos es
el MUS-E de aprendizaje a través de la música. Además hay
una gran implantación de las nuevas tecnologías que además
de ser una herramienta para el desarrollo personal son, para
algunos, pieza indispensable para la comunicación. En este
sentido, una de las iniciativas novedosas es el proyecto
IRIS-COM de comunicación entre personas a través de la
mirada. Este programa forma parte de un grupo de proyectos
de comunicación alternativa para alumnos que lo necesitan,
según explica la directora.
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