Durante este encuentro, algunas víctimas describieron, con
mucha pena, los dramas humanos que vivieron, en particular,
la separación de los padres de su progenitura y de las
mujeres de sus esposos.
"Fuimos desposeídos de nuestros bienes y privados de
nuestras familias", dijo Bni Bahi Fatima, quien destacó
haber perdido a su hermano y a su padre poco después de la
expulsión, llamando a la apertura de las fronteras entre los
dos países.
"Llamamos a arrojar mayor luz sobre el crimen contra la
humanidad cometido en 1975, contra los marroquíes expulsados
que combatieron, con abnegación, al lado de sus hermanos
argelinos para la independencia de Argelia", dijo Said
Moujahid, otro expulsado.
Según recoge la Map, el encuentro fue una ocasión para
proyectar un documental sobre las distintas iniciativas y
acciones emprendidas por la ADEMA, que está marcada por la
participación de representantes de algunas secciones de la
asociación, en particular, las de Oujda, Casablanca, Tánger
y Souk Larbaa.
Según el presidente de la asociación, Mohamed Harouachi,
este encuentro tiende a informar a los miembros de la
asociación sobre las diferentes acciones llevadas a cabo
para dar a conocer su causa ante los responsables y
conservar los testimonios de las víctimas con el fin de
presentarlos en el encuentro que la ADEMA prevé organizar
próximamente en Rabat.
Creada en julio de 2005 en Nador, la asociación reivindica,
entre otras cosas, la reapertura de las fronteras
marroquí-argelinas para permitir la reagrupación de las
familias desgarradas, la restitución de sus bienes
confiscados y la reparación del perjuicio moral y material
que les causó la expulsión.
Finalmente hay que destacar que la Asociación ha hecho un
llamamiento al secretario general de la ONU para la creación
una comisión internacional de investigación sobre los
crímenes cometidos en la región de Sabkha “donde se
encuentran varias fosas comunes de víctimas de distintas
nacionalidades que se remontan a los años 1963, 1965,1968 y
1975”.
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