Iba hoy a escribirles sobre el
contenido de la interesante “Declaración de Rabat”, aun
fresca como las sardinas de Rincón, pero tiempo habrá de
desbrozarla a ver que hay debajo: carne o pescado. O sea que
hoy va a ser que no. Prefiero echarle una ojeada a los
últimos acontecimientos en El Tarajal, en cuya llanada y con
enseña rojigualda prestada Juró Bandera, años ha, la primera
promoción de Caballeros Legionarios acantonados, entre
nieblas, en la antigua “Posición A”. Prosigo.
En cuanto a El Tarajal, debemos separar dos zonas: el paso
fronterizo en sí (“Bab Sebta” para los vecinos marroquíes) y
las naves industriales. Respecto a la primera llamó mi
atención un día, que también podía haber sido otro y que los
Santos Ángeles Custodios me protejan, amén, la ausencia de
ninguna condecoración del Cuerpo Nacional de Policía (CNP)
para la sufrida dotación policial que, habitualmente, presta
sus servicios en un lugar tan conflictivo… mientras que,
entre muchos meritorios sin duda, pudiera haberse colado al
menos la concesión de una más que discutible. Mera
hipótesis, no tuerzan el morro. A veces, al ver en ocasiones
a algún que otro prohombre aquí y acullá sacando pecho con
tanta medallita (¡vanitas vanitatis, caros hermanos!), las
neuronas que aun me restan evocan aquellos mordaces versos,
de tan rabiosa actualidad, del genial Quevedo. “En tiempos
de las bárbaras naciones colgaban de las cruces los
ladrones; y ahora, en el tiempo de las luces, del cuerpo de
los ladrones cuelgan las cruces”. Digo. Pero sí, vayamos
todos y yo el primero con paletón como Fernandón, el traidor
Borbón hijo de Carlos IV, a bucear en la otra zona de El
Tarajal, la de las naves industriales con tanta empresario
interpuesto… Prestos, a paso ligero, y silbando el himno del
heroico general Riego: ¡Libertad, libertad, libertad!.
En Ceuta, ciudad querida, parece ser que algunos empresarios
de El Tarajal tiene pensado protestar a través de la
comunidad de propietarios por supuestas agresiones de la
Policía Nacional… Me reservo, por el momento, la opinión
aunque sobre la fauna empresarial (y es una forma jocosa de
escribir) de dicha zona habría mucho que hablar, pues junto
a respetables negocios se esconden otros menos
transparentes: no todo el monte es orégano y bien harían un
día las fuerzas de seguridad, por sorpresa, en echar el
cerrojazo y en el estanque ponerse a pescar… ¿Quiénes hacen
ahí de “hombre de paja”?. Por lo demás, ¿saben?, el tráfico
irregular de porteadores está siendo copado por grupos
islamistas radicales… en las mismas narices de la policía
española y marroquí. Una pregunta: le interesa a Ceuta un
comercio transfronterizo en estas condiciones, con su
peculiar idiosincrasia?; y una aseveración: el atípico
comercio con porteadores tiene los días contados. Por lo
demás y como declaraba ayer a El PUEBLO el portavoz Mohamed
Ahmed respecto a los empresarios de El Tarajal, “No somos
delincuentes”. Vale, pero… ¿seguro que todos los
comerciantes no son delincuentes, Mohamed?. Y por cierto,
¿hablas en tú nombre o en el de algún otro?. Cuidadín,
cuidadín… Con mis respetos para la Policía Nacional. Y por
cierto, de cosecha propia: el paso del Biutz nunca se
debería de haber abierto, es un paso-trampa. Y a mamarla.
¡Libertad, libertad, libertad!. Visto.
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