Es un lugar del que yo, en mi
primera etapa aquí en Ceuta entre 1978 y 1986, no había oído
hablar nunca. Por supuesto que, una parte considerable de
ceutíes, especialmente aquellos que, por afición o por
profesión, salen a diario a la mar, la conocían.
Otro buen porcentaje de la población de aquí, en aquella
época, tenían un conocimiento de ese islote similar al mío,
esto es, no sabían ni donde estaba, ni tampoco les
importaría mucho cómo era o qué podían encontrar allí.
Así las cosas, hace ya seis o siete años, en pleno verano,
esta isla, sin habitantes, ni nada especial que pudiera
interesar a cualquier forastero, tuvo a medio país en vilo,
cuando un buen día apareció “ocupada” y no precisamente por
habitantes de Guadalajara o de Cuenca.
En una situación absurda, las relaciones con el país vecino
estuvieron tensas y en las altas esferas españolas, como no
podía ser de otra forma, la serenidad y la seguridad en la
defensa de lo propio hizo que las cosas volvieran a su justo
sitio, sin más.
Así pues, se firmó un “status quo” que se ha seguido
manteniendo rigurosamente por los dos países, y la isla ha
seguido tal y como era antes de aquel problema que provocó
una crisis, de corta duración, pero crisis, en definitiva,
con los vecinos de Marruecos.
Sin embargo, la situación de este islote, su aparente
soledad y su vigilancia no constante, parece que la ha
podido hacer centro de operaciones, o cruce de caminos, en
los “viajes” de algunos productos y contrabandos hacia la
Península.
Hace tres semanas escasas, ese “status quo” parecía haberse
resquebrajado en el Perejil y la Guardia Civil pudo
decomisar allí un alijo de nada más y nada menos que por
encima de 6oo kilos de hachís, en fardos.
Esto no debía ser nuevo, la Guardia Civil, que recorre esa
parte del mar, en más de una ocasión ha tenido la impresión
o incluso constancia, de ciertas maniobras, desde el
continente africano, para servir de “salto” hasta la
Península.
Ese día, el pasado 9 de enero, se detuvo allí por parte de
la Guardia Civil a dos personas de Marruecos. Los detenidos
debían custodiar los fardos de hachís que esperarían la
llegada de sus próximos destinatarios y a los que la
vigilancia de la benemérita, naturalmente, se anticipó.
No vamos a entrar aquí en si ese contrabando era controlado
por una macro organización y protegido desde el norte de
África o no, lo cierto es que los dos detenidos están ,
ahora mismo, en Los Rosales y a partir de esta detención
podría llegar a desatarse todo el “ovillo” ese que parece
que tiene muchas ramificaciones raras y que está “enredando”
esta situación.
El “ovillo”, si un día se llega a desenrollar en su
totalidad, podría desvelar ciertas sospechas que hay de que
en esos movimientos del hachís podría estar más de un
“pájaro de altos vuelos” que desde la sombra esté
protegiendo, desde su atalaya, los movimientos de estos
otros que son los que hacen el trabajo duro y peligroso.
Es curioso que un islote poco más grande que la plaza de mi
pueblo, dé material para tanto y pueda servir de elemento de
discordia entre dos territorios que deben tender a llevarse
bien.
Un islote, roca y poco más, que se utiliza más de la cuenta,
por los narcotraficantes, como base de lanzadera operacional
del hachís para cruzar el Estrecho.
|