El abandono temprano de los
estudios es un lastre para nuestro país, perjudicando
nuestra economía según ha advertido la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo (OCDE). El 31% de los jóvenes
españoles deja los estudios después de la ESO, un porcentaje
muy por encima de la media europea (15´3%) Muchos dejan de
estudiar después la de ESO, sin conseguir la titulación. Los
datos son mucho más preocupantes en Andalucía, donde el
abandono escolar temprano es elevado (37,1%), sólo Portugal
(39,2 %) y Malta (41,7%) superan en Europa los preocupantes
datos de nuestro país.
Los objetivos de Lisboa, año 2OOO, aconsejaban que todos los
países miembros de la Unión Europea se comprometieran a
reducir esa tasa hasta el 10% en 2.010, pero las
administraciones parecen haber renunciado definitivamente a
conseguir dichos objetivos. Por otro lado, el Gobierno
Central y las Comunidades Autónomas propusieron que el
objetivo ahora era llegar al 15 % en 2012, aunque ya sería
un éxito si sólo se lograra bajar al 20 ó 25 %.
Las Administraciones están de acuerdo en que es un problema
de Estado –que está estancado según el PSOE y que crece ,
según el PP – y que las soluciones pasan por medidas para
prevenir el fracaso escolar , pero también por flexibilizar
y multiplicar las alternativas al sistema ordinario para
reenganchar a los jóvenes que abandonan los estudios. El
empeño es que las alternativas no se vean como puertas
falsas para conseguir los títulos, sino que quede claro que
se mantiene la exigencia en cada escalón del sistema,
independientemente del camino seguido para alcanzarlo.
Así, entre las propuestas y recomendaciones del plan contra
el abandono educativo temprano, está la de aumentar
notablemente los Programas de Cualificación Profesional
Inicial (PCPI) a la oferta de programas intensivos, con
clases extras y de refuerzos, para obtener la ESO, en la
Educación de Adultos en menos tiempo del habitual (en la
mayoría de las Comunidades son dos cursos). Cada Comunidad
Autónoma tendrá que fijarse un objetivo concreto de
reducción del abandono en su territorio.
Una de las medidas es la Iniciación Profesional. Los
Programas de Cualificación Profesional Inicial, conducen a
un Certificado de Profesionalidad expedido por el Ministerio
de Trabajo, y aprobando unos módulos extras y voluntarios,
también el título de la ESO. Si el alumno aprueba estos
programas, aunque no se saque el módulo voluntario de la
ESO, podrá acceder a la FP de grado medio a través de un
examen , pero con el PCPI aprobado se les eximirá, al menos,
de una parte.
Otra de las medidas es la Participación de los Padres. En el
ámbito de las familias también se fomentarán distintas
iniciativas, por ejemplo, las medidas que medidas que
permitan la asistencia de los padres a las reuniones del
colegio. Aunque no se cita explícitamente en el plan, la
generalización de los permisos laborales para asistir a este
tipo de reuniones es una vieja reivindicación de las
asociaciones de padres.
Obviamente, una parte muy importante de las medidas van
específicamente dirigidas a repescar a los jóvenes que
dejaron los estudios sin haber obtenido el título de la ESO.
En la situación actual de crisis económica, las
posibilidades de encontrar empleo se reducen, por lo que es
deseable que las matriculaciones aumenten. En aquellos casos
de jóvenes que ya trabajan y no tienen título de la ESO, las
posibilidades que se contemplan es la de ofrecerles medidas
de refuerzos y clases extras para que puedan hacerlo en el
menor tiempo posible. Las empresas están llamados a
colaborar y fomentarán los programas semipresenciales, a
distancia o por internet, en resumen, utilizar todos los
recursos al alcance de los centros por lo que la tendencia
va dirigida al “ritmo de cada uno”.
Se plantea asimismo la revisión de las fuentes estadísticas
y su comparabilidad con los datos internacionales. El
sistema actual mide el fracaso escolar a través del abandono
educativo temprano, pero no está claro dónde y cómo se
cuenta a los jóvenes que siguieron en el Bachillerato o la
FP y lo dejaron a medias, o los que se reengancharon en las
escuelas de adultos y acabaron obteniendo el título. El INE
calculó, en 2005, que cada uno de cada tres jóvenes que
abandona la ESO vuelve el sistema educativo en los cuatro
años siguientes.
Un claro objetivo que se desprende de las propuestas y
recomendaciones recogidas en el plan contra el abandono
escolar es que no haya “vías muertas”, es decir, que haya
distintas entradas y salidas en cada escalón educativo. Por
ejemplo, al recordar que hay que revisar el puente de los
programas de cualificación profesional inicial a la FP de
grado medio, y de ésta a la FP de grado superior…
En Andalucía ya se han puesto en marcha para reducir el
abandono escolar prematuro (37,1%). Se reconoce que están
muy lejos de las tasas de la UE. “La LOE dotó a los centros
de medios materiales, ahora, la LEA (Ley de Educación de
Andalucía), fija como objetivos dotarlos de recursos
humanos. Se aporta un hecho significativo: en el apartado de
becas, destinar 6.000 euros para que sigan estudiando los
chicos y chicas con buenos expediente y precaria situación
económica.
En nuestra ciudad, por medio de una Comisión Investigadora
de la Universidad de Granada, determinará las causas y
soluciones del abandono escolar prematuro. El informe deberá
ser presentado antes de final de año. Conviene conocer que
el porcentaje de jóvenes que no termina la ESO es 45,7%,
algo preocupante.
Todo parece correcto, pero da la impresión que interesa más,
para superar la preocupante situación, atender más a la
“cantidad” que a la “calidad”, por lo que estas mejoras no
conducirán a la resolución de la problemática situación.
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