Hemos contemplado este fin de
semana como Mariano Rajoy, Presidente del Partido Popular,
se ha llenado de multitudes inventándose el I Foro Abierto
del PP celebrado en el Palacio de Exposiciones y Congresos
que ha servido, también, para limar asperezas y llamar a la
cohesión interna principalmente entre los mandatarios de la
Comunidad y del Ayuntamiento de Madrid, tras la polémica
surgida por la presunta trama de espionaje interna en el
seno del partido, lo que ha provocado una semana de
declaraciones y cruce de acusaciones entre los citados
prebostes (Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-Gallardón) de la
política española.
Hemos de convenir que al Partido Popular le hacía falta, en
esta época pre-electoral, un “repaso” que colocara a cada
cual en el sitio que le corresponde haciendo valer la
propuesta de Mariano Rajoy de “forjar un nuevo patriotismo
que recupere los valores perdidos”, que bien pudiera
entenderse como un nuevo orden en el que cada cual está
obligado a desarrollar la función que se le ha encomendado
con lo que ello quiere decir de demanda de cohesión y unidad
en el seno del partido, desterrando para siempre las
controversias, tensiones y polémicas que vienen surgiendo y
que no benefician para nada al ya histórico partido que un
día del mes de diciembre de 1976 se fundara en Madrid como
Alianza Popular con la participación, entre otros, de Manuel
Fraga Iribarne, Cruz Martínez Esteruelas, Federico Silva
Muñoz, Licinio de la Fuente de la Fuente, Laureano López
Rodó y Enrique Thomas de Carranza. De ellos heredó la
formación populista desde los dieciséis primeros escaños
conseguidos en las primeras elecciones democráticas de 1977
hasta los ciento cincuenta y cuatro de 2008 pasado por la
mayoría absoluta conseguida por José María Aznar (184
escaños) en año 2000.
Rajoy ha dejado muy claro, como aviso a “navegantes”, que
“los españoles están por encima de la ambición de los
cargos”, (y volvemos a repetir como mensaje dirigido a
Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-Gallardón) y también como
respuesta a las convulsiones internas que ha venido
sufriendo el partido así como para acallar las voces que
cuestionan su liderazgo. Ha prometido, también, que el
Partido Popular recuperará los valores abandonados por el
actual gobierno. Y lo hará, ha recalcado, “con un partido
unido y cohesionado” prometiendo garantizar su unidad “pase
lo que pase”.
Nos da la impresión que Mariano Rajoy ha dejado sentada las
bases por las que han de regirse los destinos de su partido,
espantando a esos buitres agoreros que tan dados son a las
letras impresas, a las tertulias radiofónica o televisivas,
disconformes con todos y con todo sean de esta o de aquella
otra idea política, para hacer valer la unidad necesaria que
también proclamó la secretaria general María Dolores de
Cospedal al “abrir la puerta del futuro Mariano Rajoy al que
definió como un hombre de estado”. Somos, concluyó, “el
partido de Mariano Rajoy, somos el Partido Popular”. Y en
eso, quienes aportamos nuestro granito de arena para la
fundación de Alianza Popular, estamos.
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