Las excavaciones en el yacimiento de Benzú cierran una fase
que ha durado ocho años desde que se descubriera en 2001.
Los trabajos del equipo de investigación de la Universidad
de Cádiz, que firmó el convenio de colaboración con la
Consejería de Cultura han registrado hasta 20.000 objetos
arqueológicos en un periodo de tiempo que se extiende hasta
los 300.000 años. El yacimiento puede realizar aportaciones
a debates a nivel internacional como el paso del hombre de
África a Europa en el periodo de la cultura musteriense, una
forma de talla de instrumentos de piedra, y los orígenes de
la propia cultura.
“La palabra Benzú, algo tan característico de Ceuta y tan
desconocido fuera, ha pasado a la literatura arqueológica
internacional”, así resumió el profesor de Arqueología de la
Universidad de Cádiz y descubridor del yacimiento de la
Cueva y el Abrigo de Benzú, Darío Bernal, ocho años de
trabajos desde que se hicieran los primeros hallazgos en
2001. Bernal no olvidó los agradecimientos a la Consejería
de Cultura y valoró el esfuerzo realizado para un proyecto
sin resultados inmediatos: “La Consejería de Cultura ha
estado delante, detrás y en medio de este proyecto,
normalmente se va al calor de lo que es noticia y en el
proyecto de Benzú se está trabajando desde 2001, siendo un
ejemplo de lo que es un apoyo de una administración”.
La campaña realizada en noviembre del pasado año se ha
centrado en estudiar los periodos más antiguos de tres
cuadrículas del abrigo de Benzú que suman unos cuatro metros
cuadrados. “Según los estudios que hemos realizado y que se
han ampliado con nuevas analíticas este año, hemos
determinado que el yacimiento del abrigo tiene en su base
una antigüedad de aproximadamente 300.000 años”, indicó el
profesor de Arquología de la Universidad de Cádiz y director
del equpio de investigación junto a Bernal, José Ramos. De
los doce metros cúbicos de secuencia extraída se han llegado
a registrar hasta 20.000 objetos arqueológicos.
La primera conclusión que destacó Ramos en su intervención
fue que las sociedades humanas que residían en la zona de
Benzú hace 150.000 años eran “mariscadores. Esto es un dato
de alcance porque en la Península se conocía datos similares
en el Cantábrico pero con una antigüedad de hace 40.000
años”.
La cueva también ha dejado frutos de interés en las
excavaciones de 2008. Hasta ahora se habían realizado
descubrimientos relativamente recientes que pertenecían al
Neolítico, “por medios de nuevas dataciones para cubrir el
salto de tiempo que había entre los hallazgos del abrigo y
de la cueva, hemos descubierto que también hay paleolítico
superior y existe continuidad en las poblaciones entre un
lugar y otro”.
Pero si el yacimiento de Benzú tiene una proyección
internacional es por las dos grandes preguntas que plantea.
“Esta el problema del paso del Estrecho por comunidades
cazadoras y recolectoras y el de relaciones y contactos”.
Los objetos encontrados en Benzú poseen unas cronologías que
intervienen en un debate “mundial”: si el paso del hombre de
África a Europa se realizó por el norte de África en vez de
por Oriente Próximo.
El otro gran tema que replantea Benzú es la cultura
musteriense antigua (un tipo de industria lítica) de África
del norte en el área del Estrecho. “Aquí las cronologías son
mucho más antiguas que por ejemplo en Andalucía, en
Gibraltar o en Santander, donde hasta ahora se había
estudiado más. Por lo tanto tenemos que dirigir la mirada
hacia el sur para poder resolver estos enigmas”.
Ramos definió el periodo de campañas realizado hasta ahora
como una “fase” que se completa y se cierra. Ahora el equipo
de investigación quiere centrarse en desarrollar una
literatura “potente” sobre el yacimiento y completar varias
tesis que se están llevando a cabo. La proyección
internacional de los estudios en Ceuta está creciendo. Hace
pocas semanas se publicó una intervención que hablaba sobre
el yacimiento ceutí en un artículo de la prestigiosa revista
británica USR Quaternary Science Review y varios
investigadores del equipo participarán en un máster en París
y un seminario en Rheims en los que se hablará de las
excavaciones realizadas.
Este proyecto, nacido de un convenio entre el Departamento
de Geografía, Historia y Filosofía de la Universidad de
Cádiz y la Consejería de Cultura; también ha ofrecido frutos
en el campo de la docencia, “aproximadamente unos 50 alumnos
de la Universidad de Cádiz han adquirido experiencia en el
yacimiento y se han podido formar aquí”, cuantificó Bernal.
Además un conjunto de unos 20 investigadores de
universidades españolas y extranjeras han participado en los
estudios. Gracias a los programas de voluntariado, unas 120
personas no profesionales han podido “colaborar, excavar y
ver cómo se hace historia”. lo que ha dado “una proyección
social” que ha justificado no sólo patrimonialmente las
inversiones realizadas por Cultura.
Por último, el profesor Bernal recordó que la cueva y el
abrigo de Benzú se encuentra protegido como Bien de Interés
Cultural, la máxima figura que permite la legislación
española. “Esto ha sido un trabajo de la Consejería de
Cultura y no nuestro”, remarcó Bernal.
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