Los vecinos de a pie de la barriada hablan ya de que algo ha
de hacerse para frenar, de una vez, el acoso permanente de
las actitudes delictivas de un grupo no muy numeroso de unos
siete u ocho menores, claramente identificados por ellos, y
han apuntado ya de que podrían acudir directamente al fiscal
para ponerle en antecedente de lo que se viene soportando.
Temen de que algún vecino, en algún momento, “se tome la
justicia por su cuenta y haya una desgracia”. Sencicllamente
porque “esto es insufrible”, han advertido. Estas voces, que
no provienen de la oficialidad vecinal, pero sí del sentir
general, piden a la policía, al fiscal y a los jueces que
actúen en el Príncipe.
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