Marchando una de espías!. La cosa
está que arde por los madriles, donde se acusan unos a otros
de ser espiados. Servidor, ante esa situación, voy a
contratar a Mortadelo y Filemón, propietarios de la agencia
de investigación “LA TIA”, para saber si estoy siendo
espiado por mis enemigos. Que tal y como está la cosa, no se
puede uno fiar de nada ni de nadie, que te mandan un espía
en menos que canta un gallo, para enterarse de cuáles son
tus dineros en Caja Madrid.
Perdone, jefe, ante de contratar los servicios de la agencia
de Mortadelo y Filemón, tiene que saber que no tiene un
“pelote” en Caja Madrid. Así qué ya me dirá para qué le van
a espiar sus enemigos si, además, usted no es ni siquiera
consejero de semejante entidad.
Enano, acabas de hundirme en la miseria. Con la ilusión que
me hacía contratar a estos dos genios del espionaje, para
sentirme espiado por ser personaje importante del mundo de
las finanzas. No somos nadie, enano.
Ahí lleva usted toda la razón del mundo, al decir que no
somos nadie. Tranquilo que el próximo año, trataré de
introducirlo entre los diez personajes más influyentes de
esta tierra. Me tengo que hablar con Pedro J para ver la
forma de colocarlo en el puesto número uno. Va a ser
difícil, porque me han dicho mis espías, que el próximo año
quieren introducir en esa lista a Paquirrín y Belén Esteban.
Pero que conste, jefe, que lo intentaré con todas mis
fuerzas.
Estos de los espías en la capital del Reino, enano, me
recuerda la contratación de Pepe Gotera y Otilio “Chapuzas a
domicilio”. Que es lo qué tendrá el poder para llegar a
estas situaciones donde, al parecer, uno se espían a otros
tratando de encontrar algún fallo que les permita quitarse
un enemigo de la circulación.
Entendería esta “chapuza”, si es posible entenderla, que se
realizase contra alguien del partido contrario, pero que se
lleve a cabo entre personas pertenecientes al mismo partido,
me parece increíble. Es más, ante casos como este, siento
vergüenza ajena.
Por muchas vueltas que le doy a la cabeza, en el supuesto
que a la cabeza se le puedan dar vueltas, no me entra en el
coco, a pesar de que todo el mundo sepa las diferencias
existentes entre la presidenta de la Comunidad de Madrid,
Esperanza Aguirre, y el alcalde de la capital, Ruiz
Gallardón. Pero a pesar de todo eso, es difícil poder
entender que se llegara, de ser verdad lo del espionaje, a
esta situación.
Las cosas, al parecer, andan revueltas entre los populares,
y estas situaciones, por supuesto, no dicen nada a favor del
partido que lideras Rajoy sino, más bien, todo lo contrario.
Con situaciones como estas no creo que puedan llegar muy
lejos.
Pienso, igual estoy equivocado, que con Aznar esta situación
nunca se hubiese dado, todo es cuestión de liderazgo y nunca
permitir que nadie saque los píes del tiesto, por mucho peso
pesado que puede ser dentro del partido.
La aclaración, de estos hechos, debe ser prioritaria para
los populares, caiga quien caiga.
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