Estaba leyendo la prensa y de
pronto vi algo que me sorprendió, no podía ser de otra
forma:” UDCE y PSPC sientan las bases de un proyecto
político localista integrador”.
No me lo podía creer y si es que no me lo creo porque hasta
ahora, desde que lo conocí, yo pensaba que Mohamed Alí sabía
perfectamente el terreno que pisaba y yo creía que él sabía
elegir compañeros de viaje respetables y responsables, pero
si es cierto que va, aunque sólo sea a comprar una bolsa de
pipas, con Aróstegui es que o ha perdido el juicio o hay
alguien que está intentando que lo pierda.
Ningún político responsable de Ceuta hoy, y yo creo que
Mohamed Alí lo es, puede acercarse a las puertas de
Aróstegui, porque debe saber que ir juntos o en coalición
les llevará a perder el tiempo y el prestigio que tengan,
políticamente hablando.
Aróstegui, hoy por hoy, no tiene ningún prestigio en la
política de Ceuta y tampoco tiene ningún tirón. En su
momento, él mismo quiso hacer ver a alguien, ingenuo sería
el que lo creyera, que podía ser el líder indiscutible de la
política de nuestra ciudad, pero no pasó mucho tiempo y
todos, incluso los más optimistas, se dieron cuenta de que
era un simple “bluff” y por eso lleva ya varias legislaturas
seguidas sin que le haya votado ni la familia, con lo que no
puede pisar donde tanto le gustaba mangonear.
Mohamed Alí, que es mucho más joven que él, debiera recordar
o mirar en los archivos, para que se enterara por sí mismo
de cuales fueron las acciones de Aróstegui, en aquella época
en la que mal dirigía la hacienda de la Ciudad.
A partir de ahí los ceutíes, sabiamente, se dijeron:” NI
Aróstegui sirve para representarnos, ni nosotros daremos
nuestros votos a incompetentes”.
Lo que más me extraña, en todo esto, es la amnesia de
Mohamed Alí si es que no se acuerda del intento de
acercamiento de hace un par de años para ir juntos a las
elecciones autonómicas. Entonces Aróstegui no supo mirar
para el sitio correcto, puso la vista en otra dirección, tal
vez, pensando que él, por sí solo, iba a sacar los votos
suficientes para llegar al Palacio Autonómico, pero aquel
fracaso, el penúltimo, ya veremos cuando llega el siguiente,
le habrá hecho cambiar de opinión.
No sé, de verdad, si Mohamed Alí está asesorado por enemigos
o si ya se ha cansado y quiere salir de la política “por la
puerta de servicio”, porque con la bolsa de votos que él
tiene, tratar, simplemente tratar, con un demagogo es estar
anunciando su fin.
Se habla de poner las bases de “ la resurrección de un
movimiento político localista unitario e importante capaz de
despertar las conciencias y cambiar la dinámica de pasividad
e indiferencia que hay en Ceuta”.
La frase no puede ir más a contrapelo y mucho más estando
Aróstegui de por medio, y si no ya me dirán en qué se
parecen las actuaciones de Mohamed Alí y de Aróstegui: En
nada.
Ya me dirán que puede aportar Aróstegui, salvo demagogia. Ya
me dirán hacia qué dinamismo se puede ir cuando en su campo
de actuación primero es él, luego él y sólo él, con los
fracasos constantes en todos los terrenos que pisa.
Y lo de “política localista” es buscar la cuadratura del
círculo sin conocer la regla de tres. Con él “Hoy no es un
día importante para el futuro de Ceuta”. Con él Ceuta iría a
la ruina, estoy seguro.
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