La política siempre la he
comparado con una partida de ajedrez y, en ocasiones como un
combate de boxeo donde nadie debe dar un “segundo aire” a su
oponente, porque ese “segundo aire” le puede llevar a perder
el combate. Entendiendo este combate, no como un intercambio
de golpes sino por medio de la palabra y la estrategia de
desarmar al contario.
Juan Vivas, el presidente de la Ciudad Autonómica de Ceuta,
desde mi personal, particular e intransferible punto de
vista, ha entendido perfectamente este juego político y
mueve sus fichas sobre el tablero de la política, en el
momento justo y oportuno. Este saber el movimiento que debe
realizar, en cualquier momento, le han convertido en un
político de altura, llevando ventaja sobre otros que ni han
entendido el juego, ni saben mover las fichas en el momento
oportuno, lo que les deja en desventaja sobre el presidente
de todos los ceutíes.
No hace mucho tiempo estuvo, en nuestra ciudad, la ministra
Aido, que se fue encantada del trato recibido por Juan
Vivas, muy diferente a otros lugares que había visitado. Y
ese trato, que duda cabe, caló en la ministra que se fue
encantada de nuestra tierra, lo que supone el buen hacer del
presidente de la Ciudad.
Hace unos días, el presidente Zapatero, recibió en la
Moncloa a los presidentes de las Ciudades Autonómicas de
Ceuta y Melilla, Vivas e Imbroada. Y le ha faltado tiempo al
PSOE de Melilla en decirle al presidente de la Ciudad
Autónoma de Melilla, que Vivas le lleva “años de ventaja”.
El PSOE aprovecha, el saber estar del presidente ceutí y su
buena gestión realizada, para tacar al presidente
melillense. Las comparaciones dicen que son odiosas, y mucho
más, como en este caso, en que se tarta de dos presidentes
pertenecientes al mismo partido.
El no tratar de comprender que el juego político, es un
juego de ajedrez, precipitarse y mover fichas sin esperar a
saber si le damos la jugada hecha al contrario es un error.
Y los errores en política se pagan a muy alto precio.
Por eso decía al principio que también este juego de la
política, en ocasiones, es comparable con un combate de
boxeo en el que jamás se le debe dar el segundo aire al
contrario porque, sin duda alguna, terminará ganando el
combate. Los golpes hay que darlos con contundencia y en el
momento oportuno, en cuanto el contrario baje la guardia. La
prepotencia al creerse el ganador del combate por su
lanzarse a lo loco contra el contrario, sin razón alguna,
siempre le dejará al descubierto y recibirá una contra que
le llevará a la lona por la cuenta de diez.
Juan Vivas que ha entendido, perfectamente, que el juego de
la política se realiza sobre un tablero de ajedrez y sobre
un supuesto cuadrilátero, jamás se precipitará sobre el
contrario lanzando golpes al aire, no moverá una ficha del
tablero, sin tener la completa seguridad que el contrario no
podrá, en ningún momento aprovecharse de su más mínimo
error.
El presidente ceutí, mueve fichas sobre seguro y lanza sus
golpes en el momento oportuno. Ese es el triunfo de Juan
Vivas.
|