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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 21 DE ENERO DE 2009

 
OPINIÓN / POLITICAMENTE INCORRECTO

Autobús, si; taxi, no

Por Luis Parodi


El paso del autobús por la reformada y maquillada calle Real dejó de ser ayer por la mañana una fabulación mental para convertirse en el principio de una realidad. Había que ver las caras de los anónimos por la vía, el alborozo de un grupo de colegiales que iba en excursión por el centro, y la parálisis de las señoras mayores, que comprobaban cómo sus reivindicaciones se convertían por arte de birlibirloque en una visión tangible, como las páginas de un cuento que al abrirse escupe un castillo de cartón. Uno se queda luego mirando las fotos y dice, ‘el autobús hasta le sienta bien a esta calle’. Los técnicos y directivos de Hadu Almadraba ponían toda la atención durante el ensayo oficial, le daban un trato primoroso a una decisión de la Ciudad. Y al que no le guste, que deje de votar a Vivas en las próximas elecciones, no hay otra. Pero esta exótica estampa puede transformarse en una chapuza si por allí empiezan a cabalgar los taxis como tienen acostumbrado a hacerlo por el resto de la ciudad. Decía mi amiga Blanca Vallejo, la presidenta de la Asociación de Vecinos del Centro, que los vecinos tenían también derecho a gozar de taxis por allí. Pero estoy en desacuerdo y la corriente me lleva a pensar más como la ‘Plataforma del Centro’, que se ha cerrado en banda ante esta posibilidad. Existen varias intersecciones en la calle Real para que los taxis puedan parar. Y hay otras muchas zonas de la Ciudad en las que el taxi tampoco te deja en la puerta de casa, por ejemplo, el Revellín. Lo del autobús es hasta seductor, pero lo de convertir una calle Real, que ha quedado de dulce, en la autopista del Dakar ya no me gusta, y más, teniendo en cuenta que todas las capitales españolas tienden cada vez más a peatonalizar el centro, cerrando las puertas a la contaminación y abriéndolas al comercio y a una algarabía de sabor ciudadano.
 

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