El restablecimiento de la línea
del servicio de transporte público en autobús por el corazón
del centro urbano de la ciudad ha generado una polémica que
ya alcanza un largo recorrido y que resulta difícil de
entender cuando de lo que debería tratarse es de combinar
los intereses de dos partes que se necesitan y se alimentan
mutuamente: los comerciantes de la calle Real y los
residentes en el área. Desde que se emprendió la renovación
de este último tramo del gran proyecto, alabado por todas
las partes, de peatonalización del centro, el Gobierno ceutí
anunció que su intención era la de articular una fórmula
mixta que, al contrario de lo que sucede en el Revellín,
permitiese combinar el tránsito de vehículos de transporte
público y urgencias con un entorno más amable para el peatón
que el precedente. Posteriormente, en su afán de contar con
la opinión de todas las partes implicadas de una u otra
forma en el asunto, sin embargo, reabrió la puerta a que la
calle Real más allá de la Plaza de los Reyes volviese a ser
estrictamente y únicamente peatonal. Tal vez ahí los
comerciantes creyeron que, con un punto de presión, podrían
vencer la opinión del Ejecutivo ceutí y lograr vetar el paso
de vehículos ante las puertas de sus negocios. Sin embargo,
y ayer lo dejó muy claro la consejera de Medio Ambiente y
portavoz del Gobierno, Yolanda Bel, a la Ciudad Autónoma en
realidad no le pesa ningún interés a la hora de decantarse
por una u otra alternativa. Con su última decisión, la de
autorizar el paso de los autobuses urbanos, sólo se pretende
no desamparar a un altísimo número de vecinos, especialmente
a aquellos menos favorecidos (por razones de edad o
económicas), que reclaman con toda justicia disponer de un
servicio público de transporte más asequible cerca de sus
hogares. Es una reivindicación evidentemente legítima que
debe ser atendida sin que los comercios sientan que se
atenta contra sus intereses, ya que en realidad ambos
coinciden. Se trata de dar vida al centro, en todos los
sentidos, y la tomada parece la mejor opción posible para
causar el menor daño.
|