Fin de semana bueno en todos los
sentidos. Me harto de ver entrar el balón en la portería
contraria desde mi privilegiado mirador del Camp Nou. Cinco
goles como cinco butifarras.
Solo me dio pena el cancerbero deportivista y menos mal que
los culés optaron por no seguir atacando cuando fue suplido
por uno de los jugadores después de encajar el penalty.
El “seny” del más que un club que hizo sentir por todo el
estadio, más aún cuando Eto’o abrazó a Juan Rodríguez tras
marcarle de penalty. Magnífico partido del Barça.
Otro espectáculo, al que no he asistido porque no tengo
derecho a asistir, es el desarrollado en cierta cárcel con
desnudo integral incluido. Se nota que la privación de
libertad permite ciertas menudencias. Ignoro cómo se habrán
sentido los presos después de presenciar un cuerpo de mujer
que en otro tiempo pudieron ver. La solución al problema
creado por ese desnudo está por ver, aunque sean los propios
presos los que resuelvan el problema solitariamente en sus
respectivas celdas. Y eso que los condones están a 0,20
euros, pero no creo que en las cárceles existan máquinas
expendedoras de los mismos. Tal vez en el módulo de los
homosexuales.
Lo que llega al paroxismo de la desvergüenza es la faena que
ha realizado determinada empresa sumergida en un ERE que
tiene todas las bazas de ser totalmente ilegal.
Una empresa, cuyo nombre no recuerdo, ha realizado un ERE
con sus 23 trabajadores para sustituirlos por… 23 presas de
la cárcel de Brians, Ya se sabe que con trabajadores presos,
en este caso trabajadoras presas, se ahorra un enorme pastón
el empresario ladino.
Vamos ahora por lo de sucesos: me alegra un montón que la
Justicia haya condenado al padrastro y a la madre de Alba a
esa larga tira de años aunque aún así me parece corta la
tira.
Dejar a la pobre niña sin que pueda andar o hablar ya es
mucho para tan poca penitencia.
Escribiendo ahora de coches, ya me pica la coronilla de las
decisiones del Govern catalán sobre las velocidades. Me
parece estúpida la decisión de obligar a los conductores a
correr a la velocidad que le indican en letreros luminosos y
que cambian constantemente entre los 40 y los 80 km/h.
Esta impopular medida que ha tomado el ejecutivo catalán,
rige en las autopistas y autovías del cinturón barcelonés.
El cuento de que contamina menos y causa menos muertos no me
lo trago.
No me lo trago porque el número de muertos a la semana
también se reduce en el resto del país, de España, y sin
disponer de esas medidas de circulación.
En cuanto a lo de la contaminación si se circula a más
velocidad… que me den un certificado que confirme el asunto.
Pero un certificado no extendido por el propìo Govern, sino
por una empresa de control del ecosistema.
Como el que corra más de la cuenta y sobrepase los límites
de velocidad se las verá con los jueces… éstos deciden
convocar huelgas como humildes trabajadores cuando
representan lo que tanta represión ha realizado sobre los
huelguistas. No me parece sensato que unos señores jueces se
muestren así.
Como hagan la huelga anunciada… ¿quién juzgará a los autores
de las bombas sobre repetidores de la TV vasca?
Ya que escribimos sobre los vascos… ¿cómo creeremos a la
democracia si se permiten castigar a quienes no quieren
abrir la boca? ¿a quines se le obligan a decir ciertas
frases que no quieren decir se les condenan?
La verdadera cultura democrática es la que promueve la
participación de los ciudadanos en la vida pública y la que
fortalece su vínculo con las instituciones que los
representan y que encabezan dirigentes elegidos en unos
comicios donde todas las opciones puedan plantear sus
candidaturas. Hace falta fomentar el respeto y la estimación
hacia las instituciones, pero no lo conseguiremos con
criterios que recuerdan más a una relación entre señores y
súbditos, y nos hacen pensar en una Europa sin libertades.
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