Al fin la guerra ha dejado de
rugir y, con Hamás frenada, sobre israelíes y palestinos
puede al fin aletear una paz “clara y sustentable” en
palabras de Ferrero-Waldner, comisionada de la Unión
Europea. A Gaza, Hamás le ha hecho pagar un duro precio.
También Israel se lame sus heridas: 780 civiles y soldados
han sido internados en hospitales y unas 40 familias han
sido desalojadas de sus viviendas. ¿Los niños…? ¡Hamás
asesinó en cinco años a 123 pequeños israelíes!. Y,¿saben?,
a mí me duelen todos: los niños palestinos y los niños
judíos. Lloro por una infancia destrozada.
El pasado domingo, tres mil personas se manifestaron
pacíficamente delante de la embajada hebrea en Madrid,
portando decenas de banderas españolas e israelíes en
solidaridad con este país. No hubo incidentes ni amenazas,
tampoco llamadas al odio y la intolerancia… Bien al
contrario, los asistentes guardaron 1 minuto de silencio en
solidaridad con todas las víctimas de este cruento conflicto
desencadenado por el movimiento islámico (y organización
terrorista para Europa) Hamás, convenientemente azuzado y
equipado por la República Islámica de Irán. Pero de nada
puede servir la tregua unilateral proclamada por Israel:
Mahmud Ahmadineyad, el fanático dirigente islamo-fascista
iraní felicitaba ayer mismo por la “victoria” (¿?) a su fiel
aliado Hamás, mientras advertía que “la batalla no ha hecho
más que empezar”. No son éstas, precisamente, palabras
tranquilizadoras; no es éste, ni mucho menos, el camino de
la paz…
Mientras tanto y como se adelantó ya hace tiempo en esta
columna, las juventudes de Hamás siguen reclamando España,
es decir Al-Andalus, en consonancia con las palabras de uno
de los fundadores de “Al-Qaïda”, Osama Ben Laden; idea que
alientan e inculcan, machaconamente, en sus programas
“educativos”, mientras disfrazan a los niños de guerrilleros
o, incluso, de potenciales terroristas suicidas. La opinión
pública española ignora, lamentablemente, estos avisos; y,
naturalmente, los Mohamed Alí Lemague, los hermanitos del
Tabligh (el Hamás ceutí de mañana) y los “Jarropos” de turno
se cuidan muy bien de ocultarlo, mientras convocan sus
manifestaciones de apoyo a una entidad terrorista, con
quemas de banderas y gritos de “asesinos” para respetables
ciudadanos. Yo creía que, ley en mano, los organizadores
eran responsables de estos desaguisados. ¿O no?. Y por
cierto, hablando de engaños mediáticos: es oportuno que el
conjunto de la ciudadanía de esta ciudad sepa otra mentira:
un tal Mohamed Lahsen no es el autor de ciertas “Cartas al
Director” publicadas recientemente en este medio; ¿quién se
esconde bajo este turbio personaje…?; ¿quién escribe lo que
luego él firma…?. Por cierto sidi Lahsen, ¿sigue un familiar
directo suyo controlando ese mercadillo de armas con el que
algunos se abastecen?. Y en cuanto a sidi Nachta, un
consejo: no haga usted caso, jai, de algunas sugerencias que
le llegan para tomar medidas contra mi persona. ¡Cuidadito y
las manos quietas…!. Si me hiciera falta y en legítima
defensa cualquier día dejo mi coche y les hago a ustedes,
respetables jais, una didáctica visita a bordo de un
“Merkhava Mk IV” último modelo. ¡Ya verán como les bajo los
humos a paso ligero!. Seguro que corren a esconderse, como
sus amigos de Hamás, tras niños o mujeres. Y el otro en
liza, duque de Mollina y emir de Kandahar, ¡ah jai, chof!,
tranquilo también y si quieres dar más patadas… ¡al aire jai,
al aire!, que yo no soy el del puerto. Y pon tus barbas -y
los cojones de que presumes- a remojar.
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