Acabo de disfrutar una enormidad con su artículo, Sra.
secretaria de Igualdad de Juventudes Socialistas de Ceuta.
Discúlpeme, pero no tengo el gusto de conocerla, por eso no
la llamo por su nombre. Ese cierre nombrando a Stuart Mill y
tildándome de machista no tiene precio. Ya le expliqué a
Carracao el otro día que el hecho de llamarles a ustedes
socialistas y socialistos no es más que una forma de evitar
discriminar a los varones de su formación política.
Simplemente utlizo las normas de su juego de los loes y las
laes. Lo malo es que socialistos y periolistos queda como un
insulto, pero no tenemos culpa del resultado y, por lo
menos, yo no lo escribí adrede. No quería hacer turno de mi
derecho a réplica, pero es que me han dejado ustedes a la
altura del betún, como un irresponsable y un cicatero.
Y me ha llegado muy adentro. Sí os agradezco que pongáis
como mías palabras de Jiménez Losantos y Pérez Reverte,
porque son personas muy admiradas por mí. Admiro a las
personas valientes y libres. También me gusta mucho Juan
Manuel de Prada, un católico sin pelos en la lengua, muy
libre, y que ayer escribió en el ABC que Magdalena Álvarez
–ministra de Fomento- es un chiste con patas. Lo suscribo, y
eso que es vecina mía, de San Fernando. Ya están los
acomplejados del PP amonestando a la pobre Nebrera, que no
hizo más que decir lo que a todas luces se ve, pero no por
su acento exagerado a golpe de voluntad, sino por su
incapacidad para expresarse a la altura de un Ministerio.
Ahora me entra la risa, porque estoy leyendo esas palabras
de Pérez Reverte, cuando dice que unas erizas se le han
cabreado y que ya son pocas las mujeres que cortan la
respiración. Pérez Reverte es un misógino. –Para saber si
alguien es un misógino, un facha o un gallareta… utilicen la
calculadora socialista. Miren: ‘Eriza’ sumado a ‘mujeres con
cabreo’ y dividido entre ‘cortan la respiración’ = a
misógino-. Me acuerdo bien de ese artículo escrito en ‘El
Semanal’. Entonces, si Pérez Reverte es un misógino, yo y
todos los que admiramos su creación, lo somos.
Les iba a pedir que me respondieran en otra carta por qué me
llamaba misógino indirectamente, Sra secretaria de Igualdad
de Juventudes Socialista, pero ya le voy cogiendo el
tranquillo a sus requiebros por la banda de tribuna, donde
la demagogia y el populismo se ovacionan y se vitorean con
pañuelos blancos, en un alarde de progresismo barato.
Luego me dice usted, Sra. secretaria de Igualdad, que hay
una Ley Orgánica que habla de que en los medios de
comunicación hay que utilizar los loes y las laes a tutiplén,
para no discriminar a la mujer… Pues bien, Sra. Secretaria
de Igualdad, el periodismo que a mí me enseñaron en la
Facultad hablaba de escribir con corrección; y utilizar laes
y loes resulta una barbaridad lingüística, ya que acudiendo
a nuestro padre ‘el latín’ se entiende que el masculino “es
el término no marcado, por lo que puede expresar también el
femenino (…) No debe ser interpretado como discriminatorio,
porque hablamos de géneros, no de sexos (…) Llamamos género
marcado al femenino. Ello quiere decir que su empleo es
exclusivo e implica no-masculino (…) Así, cuando decimos los
alumnos vinieron a clase, nos estamos refiriendo tanto a
alumnos como alumnas con la mayor naturalidad y economía
lingüística posibles”. La fuente la he tomado de un libro de
Primero de Bachiller de Lengua de la editorial ‘Algaida’. Y,
por ello, los lectores se habrán alegrado de que les
ocultara los sempiternos laes en aquella nota de prensa que
enviaron desde el PSOE Ceuta y que reproduje tal cual,
economizando al máximo las hojas de papel del periódico, que
por cierto, es una pena gastarlas escribiendo laes
inservibles.
Pero si aún con esta explicación que quise ahorrarme el otro
día, porque pensaba que ustedes ya sabían estas cosas al
haber cursado Primero de Bachiller, no tienen suficiente,
vayan ahora a por lo romanos, hagan una Ley de Memoria
Histórica y tíldenlos de machistas y misóginos –y mira que
unos cuantos eran homosexuales, pero homosexuales machistas,
¿verdad?.
Y que me perdone Pérez Reverte por calcarle sus palabras
–utilizando otra vez el juego de las citas y devolviendo el
peloteo tenístico-: “Apenas se ven señoras como las de
antes”, y eso que no las conocí, pero debieron de existir.
Aquí no estamos para aguantar a ‘Asociaciones víctimas de
que solo se utilicen loes y no loes y laes’. Para entenderlo
están los libros de Primero de Bachiller. Porque lo único
que fomenta la Educación de hoy –me importa un rábano si
está gestionada por PP o PSOE- es dar a la adolescencia un
protagonismo perjudicial. Los alumnos –también, las alumnas,
¿eh?, que además son estudiantes más excelentes- se
preocupan más por exigir sus derechos a la autoridad del
maestro que por conseguir méritos. Y a ustedes eso parece no
preocuparle. ‘Y a juí’, que diría Maleni.
Ustedes confunden género con sexo y, por criticar esta
confusión suya, detallan un decálogo de injusticias sociales
históricas para con las mujeres, dejando como harpías
humanas que las auspician a aquellos que criticamos una
barbaridad lingüística que también repele la Real Academia
de la Lengua.
Posdata: Ningún compañero del periódico escribe loes y laes,
ni piensa que haya que escribirlos, ni los reproduce tal
cual de sus notas de prensa.
Posdata II. Aún con todo, les agradezco que no utilicen el @
en sus notas de prensa.
Posdata III: Todas las personas cabales condenamos la
violencia machista y femenina. También Pérez Reverte y
Jiménez Losantos, estoy seguro de ello.
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