No hemos hecho más que terminar
con las fiestas de Navidad, la resaca no se ha terminado
aún, todavía quedan restos del turrón y los polvorones, en
algunas partes, incluso en las calles, no se han terminado
de retirar todos los adornos que se habían colocado a
finales de noviembre y ya estamos en vísperas de otras
fiestas, más de carácter pagano, únicamente, es cierto, pero
fiestas muy valoradas aquí: los carnavales.
El Área de Festejos en la Ciudad Autónoma que, a lo largo de
los años, funciona como un buen reloj, no quiere que el
tiempo se le eche encima y que, a la hora de la verdad,
tenga que improvisar.
Y es que en estos festejos hay una directa participación,
con muchos gastos, de la Ciudad, pero eso no sería
totalmente operativo si no intervinieran, también, de
principio a fin, las diversas agrupaciones carnavaleras de
Ceuta, que son las que dan el tono y el auténtico colorido.
Ya ha habido una primera reunión hace unos días y mañana
habrá la segunda, para así tener asegurado uno de los
capítulos indispensables en los concursos, saber quienes van
a componer los distintos jurados, algo imprescindible en
estas fiestas. Unos jurados para ese concurso de
agrupaciones, que ya es algo natural y típicamente
tradicional aquí.
No olvidemos que si la actuación de las agrupaciones aporta
lo más vistoso, la intervención de los jurados da sentido y
valora el verdadero trabajo de esas asociaciones.
El camino que se lleva es el correcto, se empieza por los
cimientos, otra cosa hubiera sido comenzar la casa por el
tejado.
Y es que, problemas con las puntuaciones siempre, de una
forma o de otra, ha habido y yo creo que las seguirá
habiendo, porque en contadas ocasiones somos capaces de
valorar lo ajeno, por encima de lo propio, aunque sólo sea
porque incluso los que han estado más flojos han tenido que
trabajar mucho y la decepción, ante una puntuación baja, no
se digiere con facilidad.
En esta ocasión, para evitar esas grandes diferencias en las
puntuaciones, ya veremos si no es peor el remedio que la
enfermedad, se pretende establecer un recorte de esas
puntuaciones. Se trata, por tanto, de establecer menos
diferencias y que los premios, al final, estén más reñidos.
La idea es buena, la contra habrá que verla.
Mañana, por tanto, en la reunión prevista, ya quedarán
establecidos quienes van a ser los posibles integrantes de
los jurados que estarán en las comparsas y en las
chirigotas, aunque esos nombres, de momento, quedarán en
secreto hasta haber sido confirmados plenamente.
Un paso un tanto oscuro que no termina de convencer, del
todo, a una buena parte de los que van a estar ahí, dando la
cara desde el primer instante, pero con un punto opaco que
esperamos que esté pronto desvelado.
Y no es extraño el descontento, ahora y de aquí a un mes,
por cuanto año tras año, los problemas más fuertes se dan
con la composición de los jurados, porque siempre hay quien
considera que ese jurado no le va a beneficiar o beneficiará
a la parte que a él menos le agrada.
Eso, a pesar de que siempre, esto que no lo dude nadie, se
intenta buscar a personas solventes, conocedoras del tema,
imparciales y que esquiven que se den cualquier tipo de
suspicacias, a la hora de los premios.
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