Los dolorosos acontecimientos de
Gaza, el terrorismo practicado por Hamás con la dura y en lo
humanamente posible respuesta selectiva israelí, han
difuminado otros acontecimientos de los que estos días el
vecino Reino de Marruecos ha sido protagonista y sobre los
que parece interesante arrojar algo de luz.
El primero ha sido el reciente congreso del partido del
Istiqlal (Independencia), entre el 9 y el 11 de enero,
notablemente representado en el Gobierno a través de ese
Presidente-marioneta (el auténtico Gobierno marroquí opera
tras las bambalinas) que es Abbas El Fasi, sí, el mismo que
obscenamente comparó Ceuta… ¡con Palestina!, perdiendo
nuestra diplomacia una buena ocasión de poner las cosas en
su sitio (seria para no “provocar, como siempre) dando la
callada por respuesta. Siguiendo el guión del tradicional
imperialismo expansionista marroquí, el congreso del
Istiqlal obvió naturalmente las declaraciones de la ONU
(aunque luego exige su cumplimiento a Israel) sobre el
derecho de autodeterminación inherente al inconcluso proceso
de descolonización del Sáhara, las unilateralmente
anexionadas “Provincias del Sur” para Rabat, exigiendo ahora
el “Sáhara Oriental” argelino aunque, en este caso, bien
haría en reclamar estas tierras (que sí fueron marroquíes,
las cosas en su sitio) con Tinduf a la cabeza, al más firme
aliado y socio de la Dinastía Alauí, la casta y dulce
Francia. En cuanto a la histórica presencia española en el
norte de África (por no hablar de la España Transfretana, de
la que escribiré cualquier día), el Istiqlal reclama (y
chantajea) para una eventual buena vecindad (¿acaso España y
Marruecos no tienen firmado un “Tratado de Amistad”, o éste
es papel mojado…?) con la “apertura de un diálogo con España
sobre la descolonización de las ciudades de Ceuta, Melilla y
las islas vecinas (…) para el saneamiento de las secuelas
del pasado y la consolidación de las relaciones de buena
vecindad”. Además de artera, es zoquete y demagoga esta
gente: ley internacional en mano, Ceuta y Melilla no están
sujetas a ningún proceso de descolonización, ¡el Sáhara
ocupado sí, señor Abbas El Fassi!. Pero claro, como nuestros
vecinos están acostumbrados a pasarse la legislación
internacional (invocando su papel de gendarme de ese
extremismo islamista, rampante en las calles, que les está
ya lamiendo los dedos de los pies y siguiendo para arriba)
por donde la espalda pierde su honesto nombre, pues lo
dicho…
Fijemos ahora nuestros ojos en el golpista venezolano
Chávez, el gran amigo de la organización terrorista Hamás
(terrorista según los parámetros al uso, terrorista para la
Unión Europea, terrorista en esa Europa hacia la que
Marruecos dice querer converger…) y del nuevo Hitler de
Oriente Medio, el presidente islamo-fascista de la República
Islámica de Irán, Ahamdineyad, que también anda enredando en
el patio marroquí… Pues bien, el Reino de Marruecos acaba de
cerrar su embajada en Venezuela “dada la abierta hostilidad
de este país a la integridad territorial del Reino”,
alineándose de forma “inaceptable” (sic) con las “caducas
tesis de Argelia y su criatura” (sic). ¡Y mira tú que los
islamistas de todo pelo marroquíes estaban ellos, tan
contentos, con el apoyo de Chávez a la organización
terrorista Hamás!. Pena me da. A ver quién y cómo, tira
ahora de los hilos de las marionetas… Me temo que los
islamistas van a empezar a comerse muchas cosas… con
patatinas y sabroso jalufillo si hace falta. Todo sea por la
causa. Visto.
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