El Gobierno de Ceuta mantiene que no debe tenerse complejos
a la hora de explicar ante la Administración General del
Estado las necesidades reales de los ciudadanos, pese a
alguna reiterada crítica particular en relación a la labor
“pedigüeña permanente” de Ceuta. La obligación de la
Administración Central es la de velar por el equilibrio
territorial y porque todos los españoles, con independencia
del lugar donde haya elegido residir disfruten de la misma
calidad de servicios públicos. Por ello, y dadas las
condiciones especialmente reconocidas de Ceuta y sus
singularidades, el Gobierno local “trabaja por conseguirlo”.
La Ciudad no pierde un minuto de tiempo en avanzar en
materia de dinamización económica, consciente de la
importancia que ello supone para el futuro de Ceuta y de sus
ciudadanos.
En juego está el nuevo modelo de financiación económica y
las críticas de voces persistentes en predecir la hecatombe
o en insistir en que este gobierno sólo sabe pedir al
Estado.
Lejos de ruborizarse, el Gobierno autonómico considera que
no hay motivo alguno por ello. “Somos parte integrante de
una nación, de un Estado fundamentado en la unidad de la
nación española y que se rige por principios fundamentales
como el de la solidaridad” replica el presidente Ceuta, Juan
Vivas, cada vez que se oyen argumentos como el comentado.
¿Qué significa para la Ciudad Autónoma ese principio de la
solidaridad aplicado a lo que la gente interpreta de
dependencia respecto del Estado?. Pues exactamente lo que
siginifica para Ceuta y para otros muchos territorios de
España “que el Estado debe cumplir con un papel equilibrador
y vertebrador respecto de la cobertura de los servicios
fundamentales al objeto de lograr que todos los españoles
seamos iguales en relación a esas prestaciones”. Así se
manifiesta con constancia el jefe del Ejecutivo ceutí. Un
principio también defendido por la Administración General
del Estado y que pretende ponerlo de manifiesto con ocasión
del nuevo modelo de financiación autonómica del que está a
punto de conocerse su reparto.
Es evidente, se ha analizado con reiteración, que dadas las
circunstancias objetivas que en Ceuta se dan, [por ser un
territorio extrapeninsular, de escaso territorio y cuyo
aprovechamiento se encuentra limitado por la pertenencia del
33% de ese espacio al Ministerio de Defensa y otra parte se
encuentra protegida por razones medioambientales, son
dificultades muy considerables por las que no se cuenta con
recursos naturales], “somos -además- junto con Melilla las
dos únicas fronteras terrestres españolas y europeas con el
sur…”, recuerda Vivas para añadir a la lista de
complicaciones.
Por lo tanto, “eso debe contemplarse al amparo de ese
principio de solidaridad en forma de transferencias, de
apoyo y de ayudas. Y esto es así y no debemos rasgarnos las
vestiduras. Debemos tomarlo como una situación natural, de
justicia y de imperativo legal”, reconoce el presidente de
Ceuta. Fundamentalmante porque así de natural se concibe en
otros lugares de España.
“Nosotros no tememos continuidad territorial con el resto de
nuestro país y eso obliga a que haya una mayor presencia
estatal para cubrir esas necesidades básicas. Es de justicia
y no hay que extrañarse”, repite.
¿Significa eso que se debe desaprovechar las fortalezas que
Ceuta tiene para intensificar la capacidad de creación de
tejido productivo?, “evidentemente no”, añade Vivas.,
Pero que Ceuta se tiene que ver atendida de manera singular
por la Administración General del Estado, “es un hecho
objetivo, evidente, que además tiene respaldo constitucional
y es insustituible” porque -aclara- “por más que en Ceuta
pudiéramos tener una actividad privada pujante, la
potencialidad recaudatoria que se derivaría de esa
actividad, no compensaría nunca las transferencias que se
reciben del Estado”, reconoce.
Y al Gobierno no le duele en prendas seguir pidiendo “porque
todo el mundo pide. Incluso piden hasta los que más tienen”.
Por tanto, con las causas objetivas con las que cuenta Ceuta
por las que pedir, “no debemos tener ningún complejo”,
asegura.
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El diseño de la estrategia para el futuro económico
La Ciudad Autónoma tiene que
consolidarse como una ciudad prestataria de servicios
amplios y variados. En este campo, para el Gobierno de
Ceuta, entra el comercio que tiene potencial de demanda
importante al otro lado de la frontera bajo el criterio del
Ejecutivo. Por otro lado, el turismo tiene un soporte
fundamental en los recursos naturales de Ceuta, el mar, el
paisaje, el clima y la cultura y el patrimonio histórico y
el exotismo de la ciudad desde donde ha de desarrollar
políticas. “En esa línea se camina” asegura el Gobierno. El
comercio y el turismo serán los sectores más beneficiados si
se cuenta con una con una ciudad atractiva en todos los
sentidos. Este es uno de los criterios que maneja el
Ejecutivo Vivas para relanzar a la ciudad.
El comercio, estratégicamente, debe basarse en la proximidad
de esas grandes áreas cercanas fundamentalmente del norte de
Marruecos, sede del turismo de excelencia marroquí. Además
de ello, en el desarrollo de la ciudad, que tiene el
Gobierno en mente, el Puerto debe cumplir un papel
importante y trascendente. Por otro lado la construcción es
un segmento con una participación grande en el Producto
Interior Bruto de Ceuta y desde la inversión pública se
apuesta por ello en tiempos de crisis. Los servicios a las
empresas, los servicios financieros, y la transformación de
la ciudad como plataforma logística para la penetración de
los intereses económicos de España y del resto de Europa en
el norte de África es algo que está previsto en el esquema
del diseño de avance de Ceuta en manos del Gobierno local,
sin olvidar [y también basándose en esa localización
geográfica tan importantec on la que se cuenta con un
Régimen Económico Especial] la búsqueda de actividades de
manufacturación que no requieran industria pesada, basada en
las nuevas tecnologías aportando nuevos diseños y que tengan
vocación exportadora. Con todo ello y algunos asepctos más
se puede asegurar que Ceuta tiene posibilidades. Eso, y la
presencia activa de las Administraciones para garantizar un
nivel de infraestructuras y de servicios iguales a los del
resto de España. Así está diseñado el futuro por la
Administración local.
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