Parece que fue ayer y ya han
pasado más de nueve meses, desde que un grupo de
inmigrantes, es de suponer que sin papeles, se marchaban del
CETI y han permanecido, y permanecen en el monte.
La situación es alarmante, uno no quisiera crearse problemas
de conciencia, pero esa situación de “permisividad” que han
promovido determinados grupos, muy progres ellos, para todos
aquellos que huyendo de una situación, posiblemente,
insoportable en su tierra “venían buscando el dorado” aquí,
no ha dado los resultados que los de fuera creían que iban a
encontrar y los “protectores de dentro” no han sabido
programar.
Y no era un par de ellos, no eran media docena de
inmigrantes, fueron 59 los que, un buen día, prefirieron
“echarse al monte”, yo creo que sin saber lo que tenían, sin
saber lo que iban a encontrar y sin haber sabido lo que
acababan de perder en el CETI.
Ahora, nueve meses después, tendrán que volver a su tierra,
van a ser repatriados, a pesar de que ellos habían pedido al
Gobierno la aplicación de una medida de gracia, que no han
logrado, y tras muchos meses de penurias, ahora se van a
encontrar con aquello que ellos trataron de esquivar, cuando
huyeron del CETI.
La permisividad, en épocas pasadas, no demasiado lejanas,
empiezan a mostrar ahora la otra cara de la moneda, cuando
las economías no se pueden permitir gastos extras de ningún
tipo, ahora mismo.
Ahora bien, aunque huidos del CETI, en todo momento
estuvieron a tono para poder haber sido repatriados, desde
el primer día que se escaparon.
Surgen muchas preguntas ahora mismo ¿Por qué se aguardó
tanto tiempo? Está claro que los 59 que serán repatriados,
tanto ahora como hace nueve meses, todos ellos incumplían la
Ley de Extranjería.
Ciertos precedentes les hacía tener esperanza de que ellos,
también, podrían ser favorecidos con una medida de gracia
igual que se había adoptado hace un año con casi 40
inmigrantes de Bangladesh, en unas situaciones similares.
Y aquí lo que está claro es que vienen a tierras extrañas,
pero bien aleccionados para urdir todas las tretas posibles
y aunque sea pasando por el “filo de la navaja”, sortear las
leyes, buscar los recovecos y salirse con la suya.
Creo, así lo he dicho varias veces, que aquí se ha permitido
demasiado, posiblemente, se sigue permitiendo y bien por
vacío de ley o por ser excesivamente flexibles algunas
leyes, se “han colado” demasiados, sin una documentación
exigida y exigible para permanecer aquí con todos los
derechos.
La medida de protesta de este grupo de hindúes se hacía
patente en los primeros días de abril, del pasado año ¡¡Ya
ha llovido desde entonces!!.
A partir de ahí ¿En el monte? ¿Bajo qué control?¿De qué han
vivido y en qué condiciones?¿Quiénes les han asistido y les
asisten ahora en sus peticiones?.
Son demasiados problemas que nos llegan a nosotros, sin otra
culpa que el estar en un lugar de fácil acceso por mar o por
tierra, si el vecino no se propone cortarlo.
Ahora la repatriación aporta nuevos gastos para nuestra
economía que no está para estos “juegos”.
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