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El Consejo de Gobierno ha
informado que en unos dos meses, una vez superados los
trámites administrativos oportunos, se dará inicio a dos
grandes planes de obras que marcarán un antes y un después
en la ciudad. Por un lado, lo que se ha venido a denominar
el Plan APARCA ya rueda a buen ritmo. Exactamente con la
misma velocidad con la que marcha el plan de rehabilitación
del acuartelamiento del Teniente Ruiz con destino a
convertirse en el Campus universitario de Ceuta. Una UTE
formada por gigantes de la construcción [dos nacionales y
una de reconocido prestigio local]. Dragados, Corsan y
Africana de Construcciones se han presentado conjuntamente
para llevar a cabo el Plan APARCA y la rehabilitación del
‘54’.
En cualquier caso, salvo prescripciones técnicas de índole
administraciones que dijeran lo contrario, esta UTE se
postula para ser la protagonista de unas obras que cambiarán
claramente el aspecto de tres grandes zonas ceutíes. San
José, Polígono Virgen de Africa y Terrones contarán con
alrededor de 900 plazas de aparcamientos subterráneos, lo
que liberará las zonas de la masificación de vehículos en
pro de una modificación espectacular del área en superficie
para el beneficio y disfrute de los vecinos. Antes de fin de
2010 tanto los ‘parkings’ subterráneos y el adecentamiento
del entorno deberá estar concluido, como lo deberá estar
también la rehabilitación del edificio y alrededores de lo
que debe ser finalmente el Campus universitario de Ceuta.
Una clara apuesta del Gobierno local. Una salida hacia
adelante ante la lentitud de la Administración central de
considerar con rapìdez la construcción, o la colaboración
inmediata de una infraestructura cuyo objetivo definitivo
es, y no es otro, que el de favorecer a la juventud ceutí,
ofrecer alternativas a estudiantes de la zona geográfica y,
de paso, evitar el persistente desarraigo que se produce
generación tras generación por la pérdida de población
juvenil preparada, estudiantil y universitaria. Un sector de
población que dinamizaría evidentemente la vida social y
económica de una ciudad que quiere seguir sintiéndose joven
y viva.
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OPINIÓN / EDITORIAL
