Que raro me encuentro volviendo a
la empresa de la que se supone estoy jubilado. Ahora estoy
en el segundo período del 15% que me corresponde. Después
tendré unos larguísimos meses de asueto para lo que me guste
mandar o hacer y por cierto que no los desaprovecharé.
Bueno, regresando del trabajo a mi despacho, para escribir
este articulillo, tomo el autobús de la línea 14 que me
conduce a la parada de otros autocares y me quedo
verdaderamente sorprendido, que no asombrado, por verlo, al
autobús, con un cartel publicitario que niega la existencia
de Dios con la frase “Probablemente Dios no existe. Deja de
preocuparte y disfruta de la vida”.
Que quede claro, a mí Dios nunca me ha preocupado ni aún
cuando las cosas me han ido bastante mal. Con sólo la fe, a
menos que me dedique a ser cura, no consigo sacar cuartos en
la vida terrenal ni evitar accidentes con el rezo solamente.
Para evitarlos tenemos que contar con nuestra agilidad de
“torero”. Con lo que digo de paso ¿para qué les han servido
las numerosas estampas de las vírgenes y de los Cristos a
los toreros fallecidos en accidentes laborales. No me digan
que el toro no es un objeto laboral.
Es normal que pasen estas cosas. Estamos en un país
democrático, no teocrático, y cada cual puede exponer su
pensamiento en formato opinión o cartel publicitario. Mejor
para nosotros, bueno digo mejor para mi empresa ya que con
las ganancias de estos anuncios pueden seguir abonando
puntualmente los sueldos, pese a las crisis que van y
vienen.
Si los ateos se han decidido dar este paso, no comprendo que
los socios de determinada asociación de cristianos también
lo den cuando tienen toda la publicidad del mundo para
ellos, desde enormes carteles que representan los edificios
de las iglesias y catedrales, cruces enormes en cierto valle
de desagradable recuerdo, enormes pasos por toda la
geografía española durante Semana Santa…
Tan bajo caen estos cristianos de esa asociación para poner
anuncios también en los autobuses, con lo que nos hacen
preguntar el porqué gastarán entre 2000 y 2500 euros cada
cuatro semanas y no emplear ese dinero en salvar almas
africanas del hambre. No creo que unos anuncios en los
autobuses hundan la “fe” de los cristianos con tanta
parafernalia suelta cada día.
Lo peor de todo es que están empeñados, los de la Asociación
de cristianos, en sacar una campaña de pegatinas para coches
como la del toro de Osborne o el burro catalán… ahora,
supongo, saldrá una pegatina con el rostro de Dios (por fin
veremos como sería en realidad Dios) o sólo será
representado como un ojo dentro de un triángulo brillante.
Esto último se parecería al Ojo de Saurón que por cierto era
un mal tipo.
Mucha gracia me ha dado la declaración del presidente de la
Asociación de cristianos, cuyos apellidos me suenan
bastante, en la que afirma “Dios es una fuente de felicidad.
Cuando estás abandonado, siempre puedes contar con él”…
¡joder! que se lo diga a los miles de emigrantes,
vagabundos, pobres de solemnidad que viven en las calles de
cualquier ciudad totalmente abandonados a su suerte. Veremos
las respuestas de manera tan gráfica que no me atrevo a
reproducirlas.
¿Dios es ese que Franco siempre mencionaba mientras mataba a
españoles como él? ¿Dios es ese que cobija a papas desde
Borgia, mujeriego, asesino y ladrón, hasta Benedicto XVI que
se lava las manos en la matanza de palestinos? ¡Vaya Dios
que sería! Ese, desde luego no es mi Dios. Ese es un Dios
que se complace morbosamente observando, junto con su colega
Alá, tripas desparramadas por este mundo de niños que no
saben absolutamente nada de qué va la cosa. Y no mueve ni un
dedo… lo único que remueve son mis tripas.
Bueno, si por este artículo me quieren excomulgar, algún
miembro del clero, que me excomulgue. Al fín y al cabo no
sería más que una decisión humana, no de Dios, y obviamente
eso no me afecta ni psíquica ni anímicamente. Hace tiempo
que dejé de creer en la Iglesia.
Si los ateos quieren poner anuncios, que los pongan mientras
paguen.
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